Esta casa pasiva y prefabricada de Tarragona gasta hasta un 80% menos de energía
La firma de construcción pasiva industrializada Arquima completa uno de sus últimos proyectos residenciales en Cambrils, Tarragona. En su interior, la temperatura se mantiene constante entre los 22 y los 24 grados.
El volumen principal de la casa está acabado por fuera con un sistema de aislamiento térmico exterior (SATE) con revoco de cal en color blanco.
La empresa Arquima, especializada en construcción pasiva industrializada, ha completado uno de sus últimos proyectos residenciales en la población costera de Cambrils, en Tarragona. Diseñada por las arquitectas de la firma Ana Martínez y Sara Ferreras, la casa tiene una superficie de 280 m2. El proyecto combina los cinco criterios fundamentales de la certificación Passivhaus –excelente aislamiento térmico; ventanas y puertas de altas prestaciones; ausencia de puentes térmicos; hermeticidad al aire y ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor– para reducir el consumo energético de climatización en torno al 80% respecto a una vivienda de construcción tradicional. En su interior no hay corrientes de aire y la temperatura, constante entre los 22 y 24 grados, no varía de una habitación a otra, por lo que es muy confortable.
Al sur de la parcela se ubica un volumen auxiliar que aloja el garaje y el cuarto de instalaciones, y que se vincula a la vivienda visualmente a través de una pérgola.
La casa ha sido realizada con el sistema constructivo propio de Arquima (estructura de entramado ligero de madera) y los materiales exteriores utilizados han sido un sistema de aislamiento térmico exterior (SATE) con un revoco de mortero de cal en color blanco que reviste la totalidad del volumen. Para revestir parcialmente la fachada sur del nivel más alto –además del volumen auxiliar del garaje–, se ha optado por un acabado de madera de Douglas sin albura, que aporta una durabilidad del todo natural y no necesita ningún tipo de mantenimiento.
La pérgola, cubierta en el porche con fibra vegetal, crea un espacio intersticial en sombra a través del cual se accede a la casa.
La casa se desarrolla en dos plantas, que contienen la zona de día y la zona de noche respectivamente. El acceso se produce por la fachada principal, la fachada sur del edificio, que posee una forma rectangular, buscando la mejor orientación climática y las mejores vistas. Las cubiertas son planas y con acabado de grava, tanto en la construcción principal como en la auxiliar de garaje.
En el interior, las paredes lisas y en tonos claros contrastan con el suelo y los muebles de madera y con los colores de sillas, cojines y sofá en mostaza y azul.
Al sur de la parcela se ubica un volumen auxiliar que aloja el garaje y el cuarto de instalaciones, y que se vincula a la vivienda visualmente a través del elemento pérgola, creando un espacio intersticial de sombra a través del cual se accede a la vivienda y al espacio exterior principal, donde se ubica la piscina.