En esta casa el máximo confort y el mínimo consumo energético no están reñidos
Construida por la firma Slow Studio con una ejemplar adaptación al entorno, esta vivienda es el manifiesto de una arquitectura capaz de conjugar confort con una mínima huella ambiental.
En la zona de día, los espacios se comunican abiertamente creando sensación de amplitud y fluidez. En primer término, el elefante de los Eames, editado por Vitra. Lámpara de pie TMM, de Miguel Milá para Santa & Cole.Foto: Salva López
El nombre de la empresa autora de este proyecto, Slow Studio, es toda una declaración de principios. La filosofía de esta joven firma surgida al calor de una nueva actitud que poco a poco se va asentando en el sector de la construcción propone una forma de vivir en la que la lentitud (slow en inglés) es sinónimo de salud, eficiencia energética y perfecta simbiosis con el entorno. Una arquitectura benéfica para sus habitantes y para el medioambiente que aprovecha al máximo lo que la naturaleza le ofrece.
El interior se ha vestido con materiales libres de compuestos tóxicos y con propiedades higroscópicas que, combinados con la ventilación natural, regulan la temperatura y la humedad interior.
Foto: Salva López
A ellos acudieron Chantal y Oriol, una joven pareja con una especial sensibilidad hacia la arquitectura ecológica, cuando se plantearon la construcción de su propia casa en Vallromanes, a escasos 25 kilómetros de Barcelona. “Lo primero que nos gustó fue que eran un equipo muy joven, pero con gran experiencia en el sector –comentan–. Y el punto decisivo fue que ya habían realizado otros proyectos de casas sostenibles con diseños modernos y actualizados”.
La casa, de planta longitudinal y con 20 metros de fachada, se adapta a los distintos niveles del terreno.
Foto: Salva López
Con la suerte de disponer de un terreno que, aunque con una pronunciada pendiente orientada de este a oeste, limitaba con una zona verde, donde nunca tendrán vecinos, querían una casa abierta al bosque que les permitiera disfrutar al máximo del espacio exterior. “A la hora de realizar el proyecto y alcanzar el objetivo de sostenibilidad establecido fue muy importante tener en cuenta la ubicación y distribución en el diseño de la casa. Por otra parte, el terreno en bajada y escalonado a diferentes niveles obligó a realizar el diseño longitudinal. De esta forma se aprovecharía el sol en todas las estancias de la casa”, añade la pareja.
Para Chantal y Oriol, el acercamiento a una arquitectura sostenible surgió en el mismo momento en que decidieron construir su propia vivienda.
Foto: Salva López
El resultado es una vivienda con 20 metros de fachada que se va adaptando a los distintos niveles del terreno y en la que todas las estancias disponen de luz solar directa y ventilación cruzada de norte a sur en los meses más cálidos.
Para reducir los costes de la puesta en obra, el sistema constructivo se basa en un muro de carga de bloque de hormigón estructural que en el interior se complementa con un trasdosado de madera de pino sin tratar por donde pasan las instalaciones. La cubierta también es de madera, un material que, según afirman desde Slow Studio, permite salvar el desnivel de forma efectiva sin generar puentes térmicos.
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