El paisaje de mar, arena y acantilados. La geometría singular. Los materiales. Los colores, en especial el verde. Son los elementos constituyentes de esta casa diseñada por el estudio Freehand Arquitectura, dirigido por Lourdes Treviño.
El proyecto se ha caracterizado por avanzar estrictamente como work in progress, trabajando en equipo con Ángel Sartorio, Elisa Barba, Luis Abad, Esther Ferrón y Ruth Grundín , definiendo la arquitectura y puliendo a la vez el diseño de los interiores. Los arquitectos han ido construyendo la casa sobre terrazas situadas a distinto nivel y orientadas claramente hacia el mar. Desde ángulos diversos, enmarcado por las amplias aberturas, el paisaje de Saians (Vigo), con maravillosas vistas a las islas Cíes al fondo, se despliega como la meta visual de esta casa, y en cuya búsqueda se han combinado los recursos tanto de la arquitectura como del interiorismo.
Es oportuno señalar el modo en que el diseño de los interiores saca interesante partido de la dinámica geometría particular de la casa, respetando sus muros y techos inclinados. La selección de los materiales también merece atención, en cuanto estos contribuyen –sin menoscabo del imperio visual del paisaje– a la creación de atmósferas acogedoras y frescas, con destellos de una joie de vivrede carácter abierto, pero hogareño, apegado a los materiales y los objetos de la casa. Madera de roble con acabado ceniza en los suelos; porcelana en los baños, en la sauna ubicada en el sótano, en el porche con barbacoa; azulejos portugueses…
Quizá sea ese verde de los azulejos el vector de la alegría interior que da carácter a esta vivienda, con sus brillos y sus reflejos asociables con el césped, los árboles que bordean el jardín y cierta tonalidad del mar a última hora de la tarde. Así como las múltiples aberturas de tamaños y formas diversas transmiten una sucesión de imágenes del paisaje natural, la utilería del diseño (los acabados, los colores, los muebles, la inclinación de los techos...) construyen lo que la norteamericana Marianne Moore llamó “el entorno de las personas” en un gran poema dedicado justamente a la decoración.