Sobre un terreno inclinado y reinterpretando la arquitectura tradicional local, esta coqueta cabaña de madera, con techo a dos aguas y carácter horizontal, se integra en el paisaje montañoso de Jizera, en República Checa. El color azul de su fachada, toda en madera, se confunde con los cielos profundos de la zona. La vivienda, firmada por el estudio de arquitectura Markéta Cajthamlová, es una oda al bosque y a la naturaleza, abriéndose al paisaje colindante de prados y bosques con absoluto respeto. De hecho, para su construcción solo se utilizaron materiales típicos de la zona, como la madera, la piedra y el vidrio, que combinan a la perfección con los alrededores.
La madera azul adquiere elegantes tonos con la luz del sol en las montañas.
Foto: Petr Polák
Una distribución por tercios con mucha madera
Pensada como un verdadero refugio en el campo, se distribuye por tercios. Por un lado, cocina, comedor y chimenea orientada al este. Hacia el oeste se encuentra orientado el dormitorio con capacidad para cuatro personas. En el centro de la vivienda, una sauna y un baño techados, dejando espacio para el ático en el piso superior.
Todo el interior está revestido con madera de abeto, creando espacios acogedores que se abren al exterior a través de generosas ventanas de esquina de entre 10 y 12 metros de largo. La madera es el material protagonista también en el exterior, con una fachada discreta revestida con tablas de color azul oscuro.