La esencia del Mare Nostrum

Casa de vacaciones en la Costa Brava (Girona), por el estudio Cobo del Arco

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00387690. Las correderas mallorquinas suavizan la luz del sol que entra en el porche

Las correderas mallorquinas suavizan la luz del sol que entra en el porche

00387694 copia. Porche en sombra. La carpintería exterior es de Schüco. Bol redondo de aluminio, de Maòli, en Matèria. Cojín Yutes y bandeja lacada, en Mercader de Venecia

Porche en sombra. La carpintería exterior es de Schüco. Bol redondo de aluminio, de Maòli, en Matèria. Cojín Yutes y bandeja lacada, en Mercader de Venecia

00387689. La mesa de comedor, extensible y lacada de blanco, se ha hecho a medida. Sillas CH24 Wishbone Chair, de Hans J. Wegner para Carl Hansen & Søn, en Arkitektura. Lámpara Octo Pendant, de Seppo Koho para Secto Design, en Nordic Think. Bandejas de madera, de Hay, adquiridas en Arkitektura

La mesa de comedor, extensible y lacada de blanco, se ha hecho a medida. Sillas CH24 Wishbone Chair, de Hans J. Wegner para Carl Hansen & Søn, en Arkitektura. Lámpara Octo Pendant, de Seppo Koho para Secto Design, en Nordic Think. Bandejas de madera, de Hay, adquiridas en Arkitektura

00387691. Sobre la mesa, jarrones amarillos, adquiridos en Jaime Beriestain. Al fondo, libro y soporte 'Annie Leibovitz-The Big Book', editado por Taschen

Sobre la mesa, jarrones amarillos, adquiridos en Jaime Beriestain. Al fondo, libro y soporte 'Annie Leibovitz-The Big Book', editado por Taschen

00387696. Encimera y suelo, de mármol Travertino apomazado. Grifería Café, de Fantini. Lavamanos Vero, de Duravit. Toalla, en Merci Paris. Cosmética, de Côté Bastide

Encimera y suelo, de mármol Travertino apomazado. Grifería Café, de Fantini. Lavamanos Vero, de Duravit. Toalla, en Merci Paris. Cosmética, de Côté Bastide

00387695. Dormitorio-mirador. Mesilla DLM, de Hay. Lámpara de pie Funiculí, de Lluís Porqueras para Marset. Ambas, en Arkitektura. Alfombra, de lana gris, en BSB

Dormitorio-mirador. Mesilla DLM, de Hay. Lámpara de pie Funiculí, de Lluís Porqueras para Marset. Ambas, en Arkitektura. Alfombra, de lana gris, en BSB

foto copia. Sofás Charles, de A. Citterio para B&B Italia. Mesa de centro Coffee Table, de I. Noguchi para Vitra. Butaca y reposa-piés, de Hay, en Arkitektura

Sofás Charles, de A. Citterio para B&B Italia. Mesa de centro Coffee Table, de I. Noguchi para Vitra. Butaca y reposa-piés, de Hay, en Arkitektura

00387693 copia. El mobiliario integral es del fabricante Bad & Keuken Design. La grifería es el modelo Cocinade, de Gessi. Todos los electrodomésticos son de Míele

El mobiliario integral es del fabricante Bad & Keuken Design. La grifería es el modelo Cocinade, de Gessi. Todos los electrodomésticos son de Míele

Cuando geografía y arquitectura se juntan, cae un fruto maduro como esta casa ubicada en la Costa Brava, asomada al Mediterráneo.

El estudio Cobo del Arco, dirigido por Paco Cobo del Arco, está especializado justamente en una arquitectura “moderna y mediterránea”, entendiendo por tal una forma de concebir los espacios por medio de volumetrías de formas puras, en las que los interiores y los exteriores se relacionan entre sí y, a la vez, con un paisaje pintado por la luz del sol, el mar y los muros encalados y de piedra.

Una distribución sencilla y funcional abierta al Mediterráneo

Aquí ha diseñado una casa asomada al mar, de estricta simplicidad formal, combinando pocos materiales pero naturales para dar mayor calidez al proyecto.

Como recalca la memoria de este, la vivienda se explaya en espacios diáfanos, inundados de una luz dorada que encrespa con un jaspeado de sombras los suelos de mármol travertino y los muros de piedra en seco. A partir de una planta longitudinal, a doble altura, la casa se adapta a la perfección a los accidentes de un terreno abrupto, en su total despliegue cara al mar.

Los espacios interiores destinados a los afanes diurnos (el salón, la cocina y el comedor) están configurados en sucesión longitudinal, de norte a sur, y se abren a oriente, hacia el Mediterráneo. Esta distribución lineal permite una marcación de áreas en la planta y la ubicación muy claramente funcional de dos porches: uno soleado, cercano a la barbacoa y a la cocina; otro a la manera de un chill-out, a la sombra, próximo a la piscina.

Desde este espacio relajante –donde parecería que el tiempo se hubiera detenido– podemos embriagarnos con la belleza del paisaje, desplegado en franjas horizontales hasta el infinito: el verde intenso del césped, el azul turquesa de la piscina desbordante, el azul cobalto del mar, y el cielo como un toldo azul algo desteñido con el castigo del sol y de los vientos.

Aprovechando el poder del sol: tamices y aberturas

Para atenuar, justamente, los efectos de este enérgico sol nuestro sobre la fachada, el arquitecto ha recubierto el edificio con una segunda piel, mediante el uso de unas mallorquinas correderas de lamas de iroco, que protegen los muros y tamizan la entrada de luz, modulando centelleos y proyecciones de sombra en los suelos y las paredes del interior.

Con pocos elementos configurativos (la continuidad del suelo, el tamaño de las aberturas) se ha creado una vivienda que parece inmensa, y que da la impresión de devorar el paisaje o dejarse devorar por él, por efecto de los suelos continuos de travertino apomazado y las grandes aberturas con sistemas móviles que desaparecen en los muros.

La planta superior (donde se ha situado la zona nocturna) está incluida en el gran doble espacio que ilumina la escalera y un puente de acceso a la librería (todo, de madera de iroco). Por supuesto, los dormitorios –situados uno al lado de otro– se abren por igual a las vistas y ofrecen un diseño de pareja sobriedad.

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