La elegancia recuperada
Vivienda en el Eixample de Barcelona, de Javier Clarós
Ubicado en el emblemático Paseo de Gracia de Barcelona, este piso fue como un lienzo en blanco para el trabajo de reforma de Javier Clarós. Como él mismo afirma, a pesar de ubicarse en una finca noble de una de las calles más elegantes de la ciudad, el espacio no ofrecía ningún elemento digno de destacar y conservar –si acaso, las molduras de las paredes y los techos–, por lo que se acometió un cambio radical que abarcó a la distribución, los acabados y el interiorismo, firmado por el propio arquitecto.
Aprovechando que la vivienda se ubicaba en lo alto del edificio, por lo que los muros de carga no soportaban excesivo peso, se tiraron abajo los tabiques y se practicaron apeos (inserciones de vigas en la parte superior de una pared) para reforzar las nuevas compartimentaciones. Esto permitió recurrir en algunos casos a una distribución mediante elementos más ligeros, como las puertas de cuarterones con cristales que dan acceso al espacio de la cocina y el office. Sin embargo, dada la estrechez de la vivienda, se mantuvo uno de los elementos más característicos de las viviendas del Eixample barcelonés, el largo pasillo distribuidor.
Gracias a la intervención de Javier Clarós, la vivienda ha recuperado la elegancia de su entorno. La gama de grises, ocres y maderas envuelve con suavidad un interiorismo en el que conviven la colección de arte de los propietarios, piezas recuperadas e integradas con acierto en el nuevo espacio –como la vieja librería de madera del salón, procedente de un convento– y clásicos del diseño contemporáneo con la firma ilustre de Arne Jacobsen, los Eames y Piet Hein Eek, entre otros. La mixtura de elementos se traslada también a los revestimientos, con suelos de madera de gran formato junto a pavimentos hidráulicos, otro guiño al pasado. Una mezcla feliz para un espacio que ha resucitado con solera.