Cuando la vivienda se mimetiza con el paisaje natural donde está ubicada, la única duda que se plantea es decidir ser del equipo playa o montaña. Mientras que las fachadas de madera ayudan a desaparecer en medio de un frondoso bosque para que nadie sea capaz de localizarnos, en el otro extremo tenemos la propuesta de unos grandes ventanales con vistas al horizonte capaces que traen el mar hasta el interior. Aspira a la tranquilidad que da la desconexión del bullicio metropolitano en estas diez casas aisladas de todo: