Cuando la serenidad mediterránea se convierte en la mejor tendencia para vestir una casa
Con la luz natural como protagonista del espacio, Jorge Bibiloni Studio y Montis Sastre Arquitectur proyecta esta casa de aires serenos, en pleno entorno natural de Mallorca.
Mallorca, conocida como la isla de la calma, se convierte en el enclave ideal para esta casa, asentada en el municipio de Alaró, en pleno entorno natural de la Sierra de Tramuntana. Más allá de sus largas playas y sus costas escarpadas, un paisaje campestre rodea a esta vivienda caracterizada por su fachada de piedra y sus contraventanas teñidas de un alegre verde claro. La construcción, de dos plantas, cuenta con un amplia zona exterior, pavimentada con canto rodado, en la que disfrutar cómodamente del buen tiempo que regala la isla durante gran parte del año.
Todo el proyecto de arquitectura e interiorismo de la casa ha corrido a cargo de Jorge Bibiloni Studio y Montis Sastre Arquitectura, con sede en Palma de Mallorca, se ha centrado en inundar de luz natural todo el espacio interior, despojándolo de artificios y abogando por materiales nobles, como la piedra y la madera, para vestir los diferentes ambientes. El resultado son espacios con carácter, muy personales, en parte, gracias a todo el trabajo de carpintería diseñado a medida por el propio estudio encargado del proyecto. La pureza de los espacios, la elegancia formal y la funcionalidad de cada una de las estancias definen a esta casa de campo, totalmente impregnada de la esencia mediterránea. De los dos niveles con los que cuenta la vivienda, la planta baja es la más amplia y diáfana, donde cocina y comedor comparten un mismo espacio que a su vez conecta, sin particiones, con el salón. La planta superior se reserva para la zona de noche, a base de dormitorios ricos en detalles y texturas, bañados por tonalidades sobrias y muy neutras y con algunos guiños a su referencia marinera.
Quizás el color tendencia del 2020 según Pantone, el Classic Blue, no impere en la paleta cromática de esta vivienda, pero está claro que sí lo está en esencia, dada su clara vinculación con el Mediterráneo. Así como la isla de la calma descansa serena, rodeada de mar, esta vivienda hace lo propio, inmersa en la naturaleza mallorquina, bañada de luz natural y con aroma a salitre.