Coherencia es un término que, según la definición de la Real Academia de la lengua, significa “conexión, relación o unión de unas cosas con otras”. Por ello, esta casa es un despliegue de coherencia: cada una de las piezas que contiene y la equipan guarda conexión con el resto gracias a que todas proceden de una misma productora de diseño: B&B Italia.
Una firma que se distingue por su continuo esfuerzo por innovar, sin dejar de lado los valores clásicos del diseño, así como por la nómina de prestigiosos diseñadores que colaboran con ella: desde el maestro Antonio Citterio, hasta la imaginativa Patricia Urquiola, pasando el veterano Gaetano Pesce, incluso, arquitectos de la talla de David Chipperfield o Zaha Hadid. Los espacios luminosos y abiertos de esta casa, concebida por el arquitecto francés Pascal Cheikh para el disfrute y el relax, han resultado un excelente cobijo para los diseños de B&B Italia.
De la misma forma que estos han resuelto las necesidades funcionales y estéticas de la vivienda. El estar se ha concebido como un mirador sobre el paisaje: se ha situado unos metros por encima de la lámina de agua de la piscina y encarado a esta. Desde el estar se tiene la visión del recio muro de piedra seca que limita la parcela y que aporta un definitivo carácter ibicenco a todo el conjunto. Los muros secos llevan siglos dibujando las parcelas de esta isla, delimitando propiedades y acotando la privacidad de los isleños.
Otros rasgos que entroncan la arquitectura actual de la casa con la tradición ibicenca son el blanco de sus fachadas, sus volúmenes cúbicos y casi independientes unos de otros, sus profundos y mesurados huecos (aquí hace mucho calor, y es necesario regular las entradas de luz y de aire caliente), los alféizares interiores de las ventanas, las rejas de forja, los pavimentos de color arena y las hornacinas que se abren en los muros para alojar objetos de cerámica.
Todo el conjunto alude al respeto por la tradición y tiende nexos de unión con el pasado, sin renunciar a la funcionalidad en materia de distribución o de equipamientos. Todo ello es un reflejo del presente de Ibiza: la modernidad invade la ciudad y los lugares de ocio, pero sin abandonar durante el día la calma secular de esta tierra, que también invita al reposo y a disfrutar del paisaje mediterráneo y las aguas turquesas. La casa está en el campo, pero huele a mar. Los muros son gruesos, pero las puertas siempre están abiertas a las visitas, a los amigos, a las comidas y cenas en el exterior, con zonas de sol y de sombra.
El mobiliario de exterior, de B&B Italia Outdoor, como la sólida mesa Carpino, de madera de iroco; las butacas Crinoline, tan evocadoras y acogedoras, o las eficientes tumbonas Springtime dan respuesta a todas las necesidades de un verano ibicenco. Pero aquí también se puede gozar del invierno, con la casa bañada por los rayos de sol que se ltran por los estratégicos huecos de la fachada, y el salón caldeado por el fuego de la chimenea mientras el cuerpo es arrullado por la mullidez del sofá Tufty-too, protagonista del espacio diurno. Una luminosa sala de lectura permitirá pasar entretenido esos días de invierno sumergidos en el confort de las butacas Mart o J.J, ideadas por Antonio Citterio.
Pequeñas esculturas, pinturas y fotografías ponen el acento personal en unos interiores que se recorren casi sin barreras, pero en los que cada uno de los usos queda bien definido. Y qué placer sentarse a la mesa Crinoline, ese derroche de sensibilidad de Patricia Urquiola, para degustar unos sabrosos tomates ibicencos recién cogidos en el huerto.