Una esmerada reformada llevada a cabo entre los años 2017 y 2020, mejoró la presencia y distribución de esta casa sencilla, muy luminosa y con una personalidad muy definida. A esto se le suman la luz generosa y la inmejorable situación en un próspero vecindario con todo el centro urbano a la vuelta de la esquina.
Tres metros de altura de techo, estuco y un rosetón en el techo son detalles que crean personalidad y mejoran la sensación de bienestar. Una oda a la terna blanco, gris y marrón junto a un mobiliario de poca altura y muchos elementos elaborados en cristal, son las bases decorativas sobre las que se ha diseñado la vivienda.