Jugando con los volúmenes de la mano de Fran Silvestre
El arquitecto valenciano diseña esta vivienda pensada para desaparecer en medio del paisaje natural mallorquín, con la mirada puesta sobre el Mediterráneo.
El lenguaje esencial y minimalista característico del arquitecto Fran Silvestre deja verse de nuevo en el diseño de esta villa privada en la isla de Mallorca, en plena naturaleza. Tres grandes volúmenes dispuestos por separado se asientan sobre el terreno, con vistas al mar, a la vez que conectan con tres volúmenes más dispuestos en la parte trasera. De este modo, cada uno de ellos adquiere un carácter único y su propia autonomía. Junto a los espacios interiores de cada uno de los volúmenes se abren patios que asoman al paisaje e invitan a disfrutar de las panorámicas, ya sea tomando un baño en la piscina o disfrutando de una amena velada frente al Mediterráneo.
La casa está concebida con materiales naturales, pero construida con la tecnología actual, prestando atención a la economía, la precisión y la continuidad. La disposición de la planta baja maximiza la relación con el exterior y prioriza las vistas al mar a través de grandes aberturas protegidas de la incidencia solar por aleros que generan grandes terrazas exteriores.
Varios puntos de partida justifican las estrategias formales y técnicas que se han adoptado el equipo de Fran Silvestre Arquitectos para su diseño. Por un lado, se ha otorgado especial atención a la integración paisajística, Por el otro, se ha puesto en valor su capacidad de adaptabilidad, tanto al entorno donde se sitúa como junto a la vegetación circundante. Además, también se han considerado los aspectos fundamentales de su sostenibilidad mediante soluciones técnicas basadas en una tradición innovadora que ha permitido generar espacios de confort. Y todo ello sumado a la experiencia del usuario, gracias a espacios interiores diáfanos y de aspecto sereno que asoman al exterior con extensiones que invitan s disfrutar del paisaje preservando la máxima privacidad.