Todo comenzó con un e-mail pidiendo ayuda al estudio de arquitectura Java Architecture en otoño de 2017 para reformar una casa en París. El propietario y su pareja, acababan de comprar una propiedad en ruinas situada en la parte de trasera de un patio y querían transformarla por completo y hacer de ella su casa familiar. Después de una charla rápida por teléfono, para los arquitectos de Java Architecture quedaba claro que esta familia acababa de comprar un montón de piedras sin saber si realmente podrían rehabilitarlo. "No sabíamos si el cliente estaba completamente loco o era un genio, sin saber la respuesta correcta decidimos participar en esta aventura que iba a durar unos años y con suerte ayudaría a una familia de clase media a quedarse viviendo en París", nos cuentan los arquitectos.
Tras analizar las características de la zona, así como las limitaciones urbanísticas y constructivas, se decidió partir de la estructura existente del edificio para crear una casa completamente nueva de 100 metros cuadrados. En concreto, se añadieron tres pisos por encima de la estructura original. "Si construir a menudo puede considerarse un acto de valentía, construir en una ciudad como París debería llamarse heroísmo", señalan desde el estudio. Desde los primeros bocetos hasta el comienzo de la construcción, el proyecto tuvo que pasar por la aprobación de la copropiedad, la oficina de planificación de la ciudad y el presupuesto del cliente, que no era muy alto. "El voto del proyecto se obtuvo por una escasa mayoría de un voto, el permiso de construcción fue denegado, y después aceptado, luego rechazado por los vecinos, para finalmente ser aceptado", añaden.
"Al agregar tres pisos más al edificio existente, rápidamente nos dimos cuenta de que estábamos trabajando en una 'torre' de 6 pisos basada en una base de 6x4 metros. Para poder mantener todo este diseño, la nueva estructura se diseñó lo más ligera posible, para lo que se emplearon elementos de madera en los nuevos pisos". La madera es visible en la mayoría de los espacios interiores, cobrando absoluto protagonismo, especialmente en la escalera.
Reutilizar la estructura existente del edificio ayudó, además, a ahorrar en material de construcción, energía y terreno. "Al hacerlo, logramos crear un edificio contemporáneo con eficiencia energética para una familia en medio de una ciudad abarrotada y cara", subrayan.
Por requisitos urbanísticos, el edificio solo podía tener una fachada con vista. "Por ello, decidimos tratar la fachada de cada piso como un elemento independiente que refleja u oculta la vida que hay detrás. Al hacerlo, la fachada principal del edificio puede verse como un apilamiento de diferentes usos y arquitecturas", nos cuentan los arquitectos. La fachada trasera del edificio, adquiere además mucha personalidad al estar cubierta con policarbonato que permite que una luz natural inunde la escalera y las habitaciones. Una capa traslúcida remata el edificio creando un invernadero en la azotea y una conexión con la fachada principal. Todo el conjunto, al llegar la noche, adquiere una estética única y contemporánea, "como un farol poético", como subrayan desde Java Architecture..