En el propio centro de Barcelona, entre el entramado de calles y la densidad de Ciutat Vella se encuentran viviendas con jardines secretos que son auténticos tesoros. Parece que no pueda ser, pero así es. Y un buen ejemplo de ello es esta vivienda emplazada en los bajos de un edificio de 1863, que recupera su función residencial original tras haber sido una galería de arte. Para llevar a cabo la reforma, la pareja de propietarios confiaron el proyecto al estudio de arquitectos AcabadoMate, con sede en la propia Ciudad Condal.
Entre los requisitos planteados por el propietario, DJ de profesión, estaba la inclusión de una cabina de grabación de música en la planta semisótano de la vivienda. El objetivo era compaginar el programa doméstico con el estudio, dejando el patio-jardín como nexo de unión entre ambas zonas. A raíz de ahí, el proyecto establece una secuencia de espacios que ocupan un total de 180 m2 de superficie, donde las intervenciones se reducen al mínimo respecto a su carácter original. Ese respeto al pasado centenario de la vivienda se muestra en detalles de la época como las ventanas de madera y las molduras en los techos de cañizo, así como los suelos recuperados de madera maciza, empleados tanto dentro de la casa como en las zonas exteriores.
Tras la reforma llevada a cabo por el estudio AcabadoMate, la distribución de la planta consta de una zona más social conpuesta de comedor, salón y cocina, además de dos dormitorios independientes que quedan a ambos extremos de la casa. En la zona de entrada, se emplaza la habitación para invitados con baño propio y zona de escritorio, iluminada a través de un patio interior. Mientras que en la fachada hacía el jardín, se sitúa el dormitorio principal también con baño, precedido por la zona de vestidor.
Generosos espacios de distribución, que actuaban como zonas de almacenaje en la antigua galería, hoy albergan armarios que conectan en secuencia los espacios de la entrada con la zona del comedor y del salón. Estas últimas dos estancias, junto con el dormitorio principal, tienen acceso directo al jardín. En este último, "se recuperan las antiguas trazas de caminos de toba que separaban los parterres y que habían sido borradas por actuaciones previas", comentan los autores del proyecto. Asimismo, "se vuelve a marcar el eje principal que unía las dos fuentes con la salida desde el salón y se añade una tarima de madera recuperada para la zona de solárium y de sombra", añaden Alessandra Faraone y Valeria Merola, arquitectas de AcabadoMate. Finalmente, desde el jardín se llega al nivel inferior, un espacio abovedado al que se accede por una escalera de caracol, y donde se ubica la cabina de grabación de música electrónica del dueño, con un espacio de sala de proyección y estudio.