La playa de Itamambuca es un lugar surfero famoso entre los habitantes de São Paulo, situada no lejos de allí, que pese a todo mantiene su carácter virginal. Para no alterarlo, la pareja propietaria de esta casa pidió a Gui Mattos que el proyecto se integrara en el paisaje arbóreo. En línea con los parámetros del modernismo brasileño, el arquitecto funde brutalismo y sensualidad definiendo la casa a partir de dos plataformas de hormigón para el suelo y el techo. Entre ellas, despliega espacios abiertos al entorno, reservando el área privada a una grácil estructura de madera prefabricada en la parte superior de la losa de hormigón.