En la costa sur de Menorca, concretamente en la cala Binidalí, a escasos nueve kilómetros de Maó, se encuentra esta vivienda proyectada por el estudio de arquitectura liderado por Gabriel Montañés. El encargo llegó al estudio a modo de concurso cuyo resultado final es muy similar al planteado en origen. La vivienda de 617 m2 ocupa una parcela donde se ha aprovechado al máximo el espacio disponible. El resultado es una construcción de 42 metros de fachada, que se extiende horizontalmente para captar mejor el entorno que la acoge.
Con el objetivo de potenciar mejor esa relación con el paisaje y disfrutar de las panorámicas al Mediterráneo que regala el lugar, la fachada sur cuenta con numerosas aperturas que extienden los límites del interior de la vivienda hacia el exterior, y desdibujan la frontera entre ambos. Todo ello gracias a un avanzado sistema de cerramientos que, en función de los deseos y necesidades del propietario, permite ocultar toda los frentes acristalado tras paredes y dejar el espacio abierto. Asimismo, una vez se quiera preservar la intimidad y la seguridad de la casa, éstos se cierran y quedan protegidos por cerramientos correderos que convierten a la vivienda en un bloque compacto.
Las referencias al entorno, se materializan en el propio proyecto cuya fachada en blanco, responde a la tradición menorquina de paredes y cubiertas inclinadas encaladas. Lo mismo ocurre con la pared seca, en clara alusión a los muretes que se alzan en los campos menorquines para proteger los cultivos de la tramontana.