Una casa moderna, blanca y de líneas sencillas en Sintra
En medio de un entorno natural a los pies de la cordillera de Sintra, esta casa, obra del estudio BICA Arquitectos, juega con las geometrías y los materiales para acentuar su minimalismo de aires futuristas
A pocos kilómetros de Lisboa se encuentra la ciudad de Sintra, un destino con encanto y una gran personalidad, caracterizada por sus palacios y casas de vivos colores, que descansa a los pies de la cordillera de Sintra. Justo aquí, aunque con una estética muy diferente, es donde el estudio portugués BICA Arquitectos ha llevado a cabo uno de sus últimos proyectos: una vivienda de tres niveles donde imperan las formas geométricas y el blanco se alza como color predominante.
En medio de un terreno de grandes dimensiones, que alcanzan los 1.100 m2, la vivienda se abre camino entre el colorido entorno de Sintra. Y lo hace a partir de un volumen horizontal que cuenta con una planta enterrada, cubierta completamente con piedra caliza que da como resultado una base firme sobre la que se asienta la planta baja en su mayoría acristalada, lo que otorga un diálogo visual casi permanente entre el interior de los espacios comunes y la terraza, la piscina y resto de espacios exteriores. Sobre esta planta descansa, a su vez, el nivel superior en forma de un gran volumen blanco que parece flotar sobre la superficie del terreno, acentuándo así la idea de ligereza de la obra. Este nivel presenta un aspecto compacto, solo interrumpido por una ventana localizada en el extremo derecho.
En el interior, los suelos de cemento y los ambientes blancos ofrecen una visión atemporal del conjunto que encuentra en la escalera central el foco de atención alrededor de la cual se organiza el resto de estancias. Dadas sus dimensiones y formas ondulantes, se levanta escultural hasta la planta superior abriendo una zona de paso por todo el perímetro del núcleo central a doble altura que conduce hacia las estancias más privadas de la casa. El zona más pública y social de la planta baja conduce hasta un patio de piedra con chimenea, una cuidadosamente seleccionada vegetación y una piscina con bordes de hormigón. El resultado es una vivienda que brinda la tranquilidad de una segunda residencia pero con el espacio muy bien adaptado para las rutinas del día a día.