Las propias viviendas de los diseñadores son la mejor tarjeta de presentación de su trabajo. Así lo corrobora la vivienda familiar de Lara Pujol, ubicada en el barrio de Sant Daniel de Girona, que tras una rehabilitación integral se ha adaptado a sus necesidades.
Articulada en torno a un patio central que otorga luz y ventilación a las estancias y bajo la premisa de menos es más y practicidad, Pujol ha ideado una casa pensada para ser disfrutada, donde el color blanco y la madera son el dúo visual que domina el hilo conductor de su narración fresca y original. Materiales sencillos pero nobles y confort y proximidad en el diseño definen esta vivienda de 2019.