La arquitectura saludable y eficiente no atañe tan solo a la "cáscara" de un edificio, a los materiales, sistemas y estrategias constructivas de la envolvente y los revestimientos. El interiorismo y los detalles decorativos son tan importantes para crear ambientes benéficos para sus habitantes y el entorno. En este proyecto en Sant Feliu de Llobregat, a diez kilómetros de Barcelona, el diseño bioconstructivo de Celobert Cooperativa se ha aliado con el biointeriorismo de Pia Capdevila para lograr este objetivo.
La prioridad de los propietarios era que la casa tuviera un consumo energético casi nulo, siguiendo el modelo Passivhaus. Para ello, la vivienda se ha construido con entramado ligero de madera, se ha aislado e insonorizado por fuera con corcho y por dentro con manta de algodón reciclado y se ha orientado al sur para aprovechar al máximo la radiación solar. A pesar de estar conectada a la red general, la casa se ha equipado con paneles solares en el tejado que producen diez veces más energía de la que consumen los propietarios en un año.
En su primer proyecto 100% de biointeriorismo, Pia Capdevila ha recurrido a materiales naturales –madera, algodón, lino y otras fibras naturales para los elementos textiles–, de proximidad, con un bajo nivel de transformación, libres de tóxicos, que contribuyen a reducir la electricidad estática y a mantener una temperatura y humedad óptimas.