Un oasis tranquilo en pleno centro de Melbourne
La geometría simple y robusta de esta vivienda proyectada por Davidov Architects son la clave para lograr el equilibrio y la serenidad que impera en el ambiente.
Situada en una concurrida calle de la ciudad australiana de Melbourne, esta vivienda se erige con aplomo entre árboles y casas, preservando en todo momento la privacidad visual. Esa fue una de las directrices que recibió el estudio Davidov Architects a la hora de proyectar esta vivienda cuyos propietarios, además, buscaban ambientes diáfanos y espacios cómodos y prácticos para favorecer la visita de sus hijos ya adultos. La pureza de líneas se impone en todo el proyecto partiendo desde el propio exterior de la vivienda cuya rígida fachada monolítica enmascara un interior provisto de abundante en luz natural.
El acceso por el lateral de la casa maximiza la privacidad a la vez que proporciona una buena entrada de luz natural hacia el vestíbulo de doble altura. La circulación se comprime en el centro de la casa, lo que minimiza la distancia entre las habitaciones y permite que la casa, de gran amplitud, se sienta compacta al tiempo que proporciona separación entre los espacios. El flujo entre los espacios internos y externos es muy dinámico, empleándose los mismos materiales en cada uno. En este sentido, los suelos de granito empleado en el exterior y el cemento natural usado para las fachada encuentran su correspondencia interior con yeso veneciano de aplicación gruesa. Las superficies de mármol agregan una dosis extra de opulencia a una paleta de materiales mínimos y limpios, especialmente el mármol negro que bordea el rellano del segundo piso. Las tablas de roble europeo ahumado que se utilizan para paneles y puertas aportan calidez y detalle a las superficies dominantes de tonos fríos.
La sala de estar y el comedor de carácter informal, junto con la cocina, están ubicados en la parte trasera de la casa, y las zonas de día más formales en la parte delantera. Las estancias están diseñadas para que se requiera el empleo de los mínimos muebles adicionales, lo que permite que las piezas de los clientes, como su comedor de los años 70 y el diván Barcelona Day Bed, ocupen un lugar destacado dentro de la vivienda. Una cocina privada se oculta detrás de una pared de carpintería, con la isla de la cocina al lado de la mesa del comedor, casi como un mueble. El dormitorio principal ocupa la sección delantera del primer piso. Concebido como una suite de hotel, el diseño fluye libremente entre el baño, el vestidor y el dormitorio. Una cápsula curvada central se comporta como un ancla para la cama y contiene el inodoro y la ducha. El resultado es un acertado equilibrio entre masa y profundidad, que juega con la luz directa e indirecta a partir de materiales de calidad, una mínima paleta cromática y una disposición abierta y fluida.