En las periferias urbanas, sobre los terrenos baldíos de los descampados que rodean las ciudades, han surgido urbanizaciones cuyo planeamiento no ha tenido en cuenta ni el paisaje ni la convivencia con la naturaleza. Como ponen de manifiesto desde Langarita Navarro, "por lo general, la estricta normativa ha tenido como resultado parcelas colmatadas con edificación rodeadas de una estrecha franja de jardín con pocas posibilidades de prosperar".
El estudio de arquitectura madrileño firma esta vivienda que se encuentra en uno de sus barrios de nueva construcción en la zona de las Cárcavas, en Madrid. La casa se sitúa en una parcela que ocupa la posición final de una larga fila de adosados junto a un pequeño parque. La vida cosmopolita de sus clientes, su memoria de los paisajes vividos en el norte de Europa y la dedicación al mundo del arte hizo que el estudio encabezado por María Langarita y Víctor Navarro se saliera de los cánones estéticos de la zona para desafiar las normas urbanísticas y conseguir los dos objetivos anhelados: espacios altos y luminosos para las obras de arte y la necesidad de vivir conectados con un espacio exterior diverso.