La casa ideal para disfrutar de Menorca
La robustez y opacidad del hormigón junto con la fragilidad y transparencia del cristal crean un binomio perfecto en este proyecto de Nomo Studio, abierto al paisaje natural de esencia mediterránea.
En la costa noreste de Menorca se levanta esta casa de líneas rectas, amplias aperturas y excelentes vistas sobre el Mediterráneo. Hasta la isla se desplazó el estudio de arquitectura Nomo Studio, con sede en Barcelona, para proyectar esta vivienda de armazón de hormigón y cerramientos acristalados, convirtiéndola en el marco perfecto desde el que divisar parte de la costa menorquina. La vivienda unifamiliar, de unos 300 m2 de superficie y organizada en dos niveles, está pensada para que todas las estancias disfruten de las impresionante vistas, abriéndolas hacia una misma fachada frontal y dejando la opuesta para el acceso principal de la vivienda.
La inclinación pronunciada de la parcela sumada a las regulaciones del lugar condicionaron a que el posicionamiento de la casa fuera muy limitado. Para evitar que cualquier otra construcción bloquee en un futuro las vistas, la casa fue llevada al punto más alto de la parcela y la entrada principal se ubicó en el primer piso. Por la misma razón, el programa tradicional se invirtió para que la zona de día se emplazara en el primer piso y las habitaciones en la planta baja. Únicamente el nivel superior cede parte del área de día al dormitorio principal, respondiendo a la voluntad de los clientes de tener una casa de verano fácil de abrir y cerrar para estancias de fin de semana cortas donde quizás solo la pareja viva allí. Con esta distribución, la casa puede entenderse como un loft de un solo nivel con una extensión inferior para hijos e invitados.
La apertura de la fachada con vista al mar contrasta con fueza con la opacidad de las fachadas laterales y posterior, creando un fuerte efecto de encuadre. Algo que se enfatiza, aún más, con el techo inclinado hacia las vistas y con la fachada frontal acristalada de suelo a techo mediante grandes cerramientos corredizos. Un buen ejemplo de ello se observa en la cocina y el salón que tras superar unas correderas de cristal se extienden hasta una gran terraza cubierta de 43 m2 donde a menudo actúa como zona de estar. El dormitorio principal, por su parte, tiene un balcón privado sin conexión visual a la terraza común.
La voluntad del propietario de brindar privacidad a sus hijos dentro de la casa hace que las habitaciones inferiores tengan sus baños privados individuales y terrazas, además de una sala de estar adicional solo para ellos, dando como resultado una mezcla de áreas privadas y comunes solo para los más pequeños.