Buganvillas floridas y apretadas matas de lavanda recrean un paisaje mediterráneo esencial en el jardín cercado por muros de piedra, en el porche y alrededor de las piscinas. La integración de la Naturaleza (estamos en la isla de Ibiza) y una interpretación moderna de la arquitectura tradicional han sido las premisas de esta casa proyectada por Jairo Arquitecto y disponible en la plataforma de alquiler vacacional White Ibiza.
Pautas conceptuales que han tenido que laborar en la realidad topográfica ineludible y también inspiradora de aciertos espaciales. Las condiciones de la parcela han generado un juego de geometría limpia, con volúmenes rectangulares de una sola planta que, adaptados a los antiguos bancales, fragmentan y escalonan el edificio sobre el terreno. Un juego, también, entre la pureza lineal de los volúmenes y la rudeza de la piedra.
Abierta al exterior, los patios se asoman al interior y las cubiertas se transforman en terrazas. Los porches, los pavimentos de piedra natural, las plantas y el ruido del agua que discurre entre las dos piscinas realizan una secuencia de transición e interpenetración entre el interior y el paisaje. Así, el proyecto logra la frescura de un diálogo con la Naturaleza, a través de un impacto mínimo, no perturbador, sobre el entorno.
Pero existe un impacto benéfico sobre los sentidos del visitante que recorra, sin prisa, contagiado de la atmósfera casi pastoral de este enclave, tanto los jardines como las estancias de una pureza alegre y austera. Contra un fondo de laderas verdes, un volumen principal horizontal y blanco, muros de piedra, dos piscinas en línea perpendicular y a distinto nivel, que salva una escalera blanca. El agua, los muros tradicionales, el dominio del blanco (connotación tanto mediterránea arcaica como de modernidad) y la perfumada y proliferante vegetación.
El recorrido por los distintos niveles y zonas de la vivienda ofrece un paisaje interior en tonos neutros (los ocres intensificados por el marrón, acompañados por grises), con muebles y puertas de maderas recuperadas. La misma frescura, en el área pública (salón, comedor, cocina) y en los dormitorios y amplios baños. Y el mismo perfume a espliego.