Situada en una torre de trece plantas en un barrio residencial de Madrid se encuentra esta vivienda de 79 metros cuadrados cuya reforma, a cargo del estudio Minimo ha partido de un reto importante: el de generar un espacio fluido e integrar las numerosas conducciones y estructuras verticales que existen en un edificio de este tipo. Todo ello sin perder la altura de techos y potenciando, al mismo tiempo, la generosa iluminación natural propia de una planta alta. Como fuente de inspiración para este proyecto está la arquitectura paulista, donde la crudeza de las estructuras de hormigón e instalaciones vistas conviven con los materiales, cuidadosamente elegidos, como la madera o el suelo hidráulico.