Cuando el estudio de interiorismo Backsteen vio esta casa de mediados de los años ochenta por primera vez, se encontró una vivienda muy compartimentada y con una distribución completamente independiente. "Nuestro cliente, un publicista de 37 años quería un espacio mas comunicado, diáfano y sencillo", dice el director creativo Víctor Zorita, al frente del estudio. "Tras sentarnos a hablar con él nos dimos cuenta de que necesitábamos trasmitir su filosofía de vida en la vivienda", adelanta. ¿El resultado? "Una casa sencilla, con poco mobiliario y que ofrece la posibilidad de ocultar todo para hacer la vida más cómoda y agradable", explica. Gracias al negro, la vivienda tiene un marcado carácter masculino que se compensa con los toques naturales de la madera, que transmiten tranquilidad y recogimiento.