A pocos minutos de las playas de Pego y Carvalhal, Lagoa Formosa es un barrio del municipio de Grândola, en el Baixo Alentejo, de cuya situación privilegiada en los límites de los arrozales de Comporta, cerca de la Reserva Natural del Estuario del Sado, quedaron prendados Charline y Antoine. Hasta tal punto llegó la pasión de esta pareja que crearon un blog de viajes y estilo de vida, Alma de Comporta, y decidieron construir su pequeño paraíso particular, donde reinara la serenidad y la vida tranquila.
Esta tierra de cultivos, morada de pescadores y agricultores en tiempos pasados, es también un lugar admirado por Luis Pereira Miguel y su compañero, Filipe Martins Correia, que lideran el estudio de arquitectura Pereira Miguel Arquitectos (PM-ARQ). En ellos confiaron Charline y Antoine para su proyecto de levantar un conjunto de casas y cabañas de alquiler en Comporta. Los cuatro, además de compartir su amor por estas tierras, coinciden en una misma visión sobre la construcción local basada en una arquitectura luminosa, integrada en el entorno y hecha respetando las tradiciones y el uso de materias primas naturales.
Siguiendo los códigos de las cabañas de pescadores de la región, donde confluyen las estructuras de madera y las cubiertas de paja, PM-ARQ ha incorporado a su proyecto la modernidad y la comodidad propias del presente. Campo de Arroz es una casa de 164 m2 asentada sobre las dunas y abierta a la naturaleza para disfrutar de las vistas a los arrozales desde cualquier estancia. Está compuesta por dos volúmenes rectangulares e independientes entre sí que se adaptan a la topografía del terreno y se orientan hacia el este.
Cocina con encimera de mármol de Estremoz, taburetes altos del mercado de pulgas de Lisboa y cuencos de cerámica y madera, también en Loja de Cá
Foto: Eugeni Pons
El primer volumen es una construcción de madera que reposa sobre la arena, donde están los tres dormitorios con capacidad para siete personas y el salón diáfano con cocina y comedor. Además, tiene una cabaña para tres de acceso independiente. El segundo volumen de hormigón acoge la piscina, con lámina desbordante que se funde con los campos de arroz cuando están inundados. Para los arquitectos, "el concepto abraza la horizontalidad del paisaje, y tanto la ubicación como los materiales y la presencia de artesanía local ofrecen como resultado un hermoso conjunto arquitectónico cuyo interior aporta felicidad".
Las fachadas de cal, el tejado de paja, los tejidos naturales y la artesanía autóctona se suman a la simplicidad de materiales empleados, al estilo de las austeras cabañas locales de pescadores, paredes blancas y suelo de cemento pulido continuo. Una duna con vegetación autóctona preserva el interior de la mirada de los transeúntes, de modo que "desde fuera la casa descansa perfectamente integrada, tranquila y serena para transportarnos a la calidad del entorno local, concluyen.