Ecológica, económica, funcional y muy bonita: esta casa demuestra que se puede tener todo
Recurriendo a la construcción industrializada, el estudio de Pep Zazurca ha diseñado una casa de máximas prestaciones técnicas y ecológicas con un coste mínimo.
Es tan interesante la realidad física de la casa como su génesis minuciosa, el conjunto de cálculos que hicieron falta para encargar su construcción y proceder in situ a asentarla sobre el terreno. La intención con que el estudio de arquitectura e interiorismo de Pep Zazurca ha encargado este proyecto se basa en la siguiente premisa: lograr lo máximo a través de lo mínimo. Es decir: el diseño de una casa provista de las mejores prestaciones técnicas (materiales de calidad, sostenibles y duraderos) y con un coste mínimo.
Antes de que se hicieran siquiera los cimientos de la casa, ya se sabía por dónde pasaría cada cable, dónde se ubicaría cada grifo e incluso cada mueble. Para concretar esta madeja de intenciones, los arquitectos han elegido un sistema constructivo industrializado: “Queríamos que la casa se fabricara en un taller para luego, en obra, solo montar las diferentes piezas”. Se eligió una parcela plana para evitar movimientos de tierra y muros de contención y con el mismo fin de exprimir el presupuesto. A una parcela plana y rectangular, pues (situada en Sant Cugat del Vallès, cerca de Barcelona), fueron arribando las fachadas enteras de la casa, y solo faltaba colocarlas en su sitio. Después del arduo e intenso trabajo de diseño, el levantamiento físico de la casa fue, cuentan, miel sobre hojuelas.
Los volúmenes dibujados con suma precisión fueron tomando forma y altura. Una planta baja diáfana, con una escalera al fondo y conectada con una pérgola a través de una balconera de cuatro metros. Se trata de una secuencia de transición espacial realmente feliz, que se arma desde la cocina abierta, pasa por el comedor y la sala y conduce al grato espacio de la pérgola. En la planta alta, un pequeño distribuidor comunica la escalera con las habitaciones y sirve, también (a través de un armario empotrado en el tabique que separa el distribuidor de una de las habitaciones), para cumplir con la meta del proyecto: lograr la máxima utilidad de cada mínimo espacio.
Levantada sobre un entramado estructural de madera de pino (en paredes, cubierta y forjados), con aislamiento de fibra de madera, es notable hasta qué punto en esta casa la eficiencia práctica, la conciencia ecológica y el buen gusto decorativo trabajan a la vez, con todos los recursos de esas categorías elegidas y al menor coste posible. Todo el espacio cumple, en cada centímetro y sin derroches, la función de ser útil, bello y beneficioso.