Una casa cubierta de zinc que imita un sólido refugio
Una capa de zinc cubre esta original vivienda del estudio Alventosa-Morell distribuida en dos alas independientes que garantizan la existencia de dos zonas nocturnas autónomas.
Ante todo, una amplia superficie de terreno, en una urbanización donde predominan casas de dos plantas de grandes dimensiones, pero carentes de íntima relación con el jardín. El presente proyecto, que firman los arquitectos Josep Alventosa, Marc Alventosa y Xavier Morell con la colaboración del interiorista Lluis Trilla y la dirección de obra de Marga Bernadó y Joan Subias, de Habitat Qualitat, propone una planta baja que se extiende por el solar, adueñándose del espacio exterior a través de cubiertas distribuidas de una punta a otra del jardín. Las diferentes alas autónomas del edificio (con cubiertas de zinc y grandes fachadas vidriadas) crean un patio central y enmarcan los jardines orientados al sur y al norte. Esta distribución espacial en “alas” permite contentar uno de los pedidos explícitos del cliente: la existencia de dos zonas nocturnas autónomas, aunque comunicadas a través del jardín y, también, de las partes (cocina, comedor y sala de estar) comunes de ambas alas. Los materiales que configuran el proyecto parten de una construcción en seco mediante cerchas metálicas, paneles con prestaciones térmicas y acabados de zinc en color pizarra, tanto en las cubiertas como en la fachada.
Y, hasta la altura de los dinteles, el acabado es de piedra natural de cuarcita, al igual que el pavimento, dando coherencia al conjunto. Un tratamiento que, en contraste con el zinc, provoca una mayor sensación de solidez. Por cierto, el predominio del zinc negro ayuda a vincular visualmente este proyecto con la mayoría de las casas de la urbanización, recubiertas de pizarra. El efecto más intenso que produce el recorrido por el interior de estas alas es el de profunda vinculación con el espacio exterior, pero no sólo por la presencia de un favorecedor jardín, sino porque las transparencias y la amplitud se asocian al cielo, que asoma –alto– desde varios ángulos de visión, y gracias, también, al intencionado despojamiento del interiorismo y a la nitidez de la volumetría y del diseño del mobiliario.