Desde el principio, la reforma de esta vivienda en el barrio de Brooklyn de Nueva York tuvo un objetivo: respetar los árboles que ya se encontraban en la propiedad, especialmente una magnolia de Soulange que reinaba en el jardín. Así, aunque la reforma de la casa fue total y modificaron tanto sus acabados como su distribución interior, siempre se tuvo en cuenta que los arboles tuvieran suficiente espacio para obtener luz y poder echar raíces.
Los clientes, una familia con dos hijas que acudieron al estudio Barker Associates Architecture Office, llevaba diez años viviendo en esta casa antes de decidir hacer una ampliación que ha afectado a sus tres plantas. Así, con la reforma, se intervino la planta centran donde está el salón, que se rediseñó completamente, añadiendo numeroso almacenamiento, y abriéndolo más al jardín aportando visibilidad. Además, se añadió una pared personalizada para alojar libros, zapatos y diferentes objetos.
En esta misma planta central se encuentra la cocina, diseñada con muebles de abeto personalizados, y suelos rústicos de pino. Por otro lado, las escaleras existentes que conecta con la planta inferior y con la superior se repararon y ampliaron para fomentar la luz.
En la planta baja, que conecta directamente con el jardín, se instaló también otra cocina para el exterior y se añadió una cortina de fieltro que sirve para dividir el espacio y crear un cuarto para los invitados o usarse como oficina. También se instaló un baño revestido en zellige verde y un pequeño salón que se abre al patio.
En el jardín, los arquitectos instalaron jardineras de piedra que se han adaptado con sus formas curvas a los árboles existentes. Este espacio fue precisamente el que más dificultades acarreó ya que tuvieron que recurrir al uso de pilotes para soportar el piso superior. Incluso se consultó a un experto en árboles y se contrató a un consultor de plantas para ayudar a elegir las especies apropiadas para el jardín.
El piso superior de la casa, donde se ubican los dormitorios, se abrió a la escalera para permitir que la luz se filtrara. Además, se cambió el suelo por uno de pino que combina con las nuevas vigas del techo del mismo material. Por su parte, en las habitaciones se añadieron papeles pintados de marcas como Farrow and Ball para crear un ambiente acogedor.