Esta casa de campo de cuarenta años rezuma de nuevo encanto y calidez gracias a la reforma de Angel Martín Interiors. Piedra, roble y otros materiales naturales se combinan perfectamente con toques modernos, como líneas angulares y elegantes, transmitiendo un efecto fresco y atractivo. Mediante el uso de tonos terrosos, como el beige, el salvia y el crudo, se ha creado una atmósfera acogedora y distintivamente mediterránea. La sensación de amplitud y luminosidad se ha potenciado conectando la cocina con el comedor y creando más espacio en la escalera y la sala de estar. El mobiliario a medida, así como algunas piezas icónicas, acentúan el perfecto equilibrio de la villa entre el chic rústico y el minimalismo contemporáneo.
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