El paisaje campestre de Menorca como una obra de arte
La arquitecta y diseñadora Marina Senabre crea esta casa de campo en Menorca, entre tradición y modernidad, donde se fomenta la proporción y la simplicidad formal alejada de artificios.
Enclavada en un idílico paraje natural de la isla de Menorca, esta vivienda unifamiliar, de esencia tradicional y estilo minimalista, se estructura a partir de dos volúmenes blancos provistos de grandes aberturas. La vivienda, diseñada por la arquitecta y diseñadora gráfica Marina Senabre, consta de un edificio rectangular con un tejado plano de grava, y una unidad a dos aguas, más pequeña, coronada con tejas de terracota recicladas. Senabre, con oficinas en varias ciudades españolas, entre ellas Ciutadella, en Menorca, y Barcelona, busca con este proyecto jugar con la dualidad de tradición y vanguardia, a partir de elementos y técnicas artesanales que conviven con una estética y una disposición espacial propias del siglo XXI.
La dos estructuras encaladas, una frente a otra, establecen un diálogo pausado en cuyo interior se impone la sencillez formal, la proporción y el equilibrio geométrico a partir de un interiorismo minimalista. Pálidos suelos continuos, carpintería en madera y un mobiliario sencillo y conciso, visten a unos interiores que en todo momento conectan con exterior a partir de grandes aperturas en fachada. Si bien el volumen más grande aglutina toda la zona de día, junto con dormitorio, baño y estudio, el menor contiene otro segundo dormitorio, para invitados, un espacio para practicar deporte y una pequeña piscina cubierta. Las dos construcciones conectan a través de senderos de hormigón y grava y se acompañan de una piscina exterior que se extiende a lo largo de ambas piezas arquitectónicas.