Una casa en Australia que está en las antípodas (de arrasar con el pasado)
Kennedy Nolan Architects reforma una casa victoriana y la amplía con un proyecto que cohesiona pasado y presente con materiales y formas de gran fuerza visual.
"Un proyecto en la venerable tradición de reformar y ampliar una casa patrimonial es un campo de pruebas para las ideas de un arquitecto", afirman los autores de esta casa victoriana en Australia. El concepto ideado por Kennedy Nolan Architects, premiado en los 2019 Australian Interior Design Awards, abarca la remodelación de la casa existente y la construcción de un nuevo pabellón que forma un patio central, además de un garage, un taller y una pequeña piscina en la parte posterior de la parcela. La casa se caracteriza por la presencia de un gran roble –de ahí el nombre de la casa, Oak Tree House– y por la fachada brise-soleil de acero rojo que desempeña varias funciones, entre ellas proteger del sol.
Los arquitectos comenzaron por los elementos que aportan funcionalidad a un entorno doméstico: distribución, acústica, privacidad, aspecto y confort. El lugar y la existencia de una construcción previa sugerían la disposición de un patio central, conectado directamente con la zona de día del nuevo pabellón. La primera planta se orienta al norte y acoge las habitaciones de los dos hijos.
Dentro de los parámetros convencionales de este tipo de proyectos, los autores procuraron aportar un aspecto visual innovador. A ello ayudó el hecho de que los clientes son unos apasionados del color. Así, desarrollaron una paleta cromática que guió todas las decisiones de diseño. Para los elementos metálicos se eligió el rojo óxido, una tonalidad terrosa y cálida complementada con baldosas de terracota y revestimientos de abeto douglas. Los interiores oscilan entre escenografías más "dramáticas" o más tranquilas utilizando concentraciones de color en diversas intensidades. El paisajismo de Amanda Oliver se distribuye por la parte anterior y posterior de la parcela, el patio y una cubierta ajardinada para subrayar la conexión de la casa con el entorno natural.
En su deseo de no pecar de exceso expresivo, los arquitectos propusieron elementos gráficos a gran escala que pudieran encajar con las formas austeras de la arquitectura victoriana: la escultural chimenea exenta, los símbolos enigmáticos de las ventanas y los montantes de las puertas, la robusta cubierta de hormigón y especialmente la fachada brise-soleil. La variedad visual emerge de forma inesperada en todos los rincones de esta casa, desde los acabados de los suelos hasta las carpinterías.