La casa de arcilla
El estilo tradicional japonés inspira este dúplex londinense ideado por Simon Astridge
Situado en una clásica finca victoriana al sur de Londres, éste apartamento es la última reforma de Simon Astridge, un arquitecto afincado en la capital británica con exquisito talento para la combinación de materiales. Con la intención de homenajear a la herencia japonesa de sus propietarios, muchas de las paredes están cubiertas con la técnica del arakabe, común en los hogares tradicionales nipones. Dicha técnica consiste en la aplicación de diferentes capas de arcilla, que aportan textura y cierto aire inacabado al espacio, propio de la filosofía wabisabi.
Comenzando el recorrido por la buhardilla, Astridge proyectó una planta diáfana que unifica salón, cocina y comedor. Este espacio deja al desnudo las dos paredes de ladrillo originales, que acaban en un gran ventanal, cuya parte superior se abre para permitir la entrada de la brisa. Frente al ventanal, la mesa de comedor da paso a una cocina funcional, presidida por una simple isla de acero inoxidable, que sirve a su vez de separador del salón.
La pared de arcilla acompaña la bajada de la escalera y se ayuda de un delgado pasamanos negro para llegar a la planta inferior, donde encontramos la zona de descanso y relax. En el dormitorio destaca la madera contrachapada, en tonos rojizos, en zócalos y puerta. Contrasta con los colores neutros y la moqueta de fibras vegetales, a modo de tatami. El área de baño es una oda al ritual del baño japonés. Se trata de una habitación dividida en dos por una puerta de cristal templado. En el primer espacio, con paredes forradas de roble ahumado, encontramos el lavabo de acero con grifos de latón portugueses. En el segundo está la sala húmeda, en la que los azulejos de piedra gris suben hasta el techo de vigas, donde cuelgan plantas frondosas que se alimentan del vapor. Todo un placer para los sentidos de quien busca el placer visual en la sutileza de los detalles.