Carácter extrovertido

Villa Deca en São Paulo, de Guilherme Torres

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VILLA-DECA STUDIO-GT-(51). El caluroso clima de la región permite prescindir de cerramientos en el salón, que se convierte en un gran porche donde disfrutar del aire libre y de la exuberante vegetación tropical que lo enmarca

El caluroso clima de la región permite prescindir de cerramientos en el salón, que se convierte en un gran porche donde disfrutar del aire libre y de la exuberante vegetación tropical que lo enmarca

VILLA-DECA STUDIO-GT-(36). Desde el punto de vista formal, el proyecto de Guilherme Torres explora los materiales en crudo y propone un diálogo entre la textura artificial producida por el hombre –el hormigón– y la materia natural de la piedra y la arena

Desde el punto de vista formal, el proyecto de Guilherme Torres explora los materiales en crudo y propone un diálogo entre la textura artificial producida por el hombre –el hormigón– y la materia natural de la piedra y la arena

VILLA-DECA STUDIO-GT-(38). La villa romana ha servido de inspiración, pero también el legado del arquitecto mexicano Luís Barragán, quien, como en este patio, hizo del agua un elemento integrado en su obra

La villa romana ha servido de inspiración, pero también el legado del arquitecto mexicano Luís Barragán, quien, como en este patio, hizo del agua un elemento integrado en su obra

VILLA-DECA STUDIO-GT-(49). Al visitante le recibe una cascada que cae sobre el espejo de agua desde un canal que remata la celosía de hormigón

Al visitante le recibe una cascada que cae sobre el espejo de agua desde un canal que remata la celosía de hormigón

VILLA-DECA STUDIO-GT-(50). En el centro del salón, la mesa Bow, diseño del arquitecto inspirado en la estética de los años setenta

En el centro del salón, la mesa Bow, diseño del arquitecto inspirado en la estética de los años setenta

VILLA-DECA STUDIO-GT-(54). La cocina de estética industrial es un diseño de Guilherme Torres, al igual que los taburetes Milk, que edita Nos. Alrededor de la mesa de comedor, las sillas Fan, de Tom Dixon

La cocina de estética industrial es un diseño de Guilherme Torres, al igual que los taburetes Milk, que edita Nos. Alrededor de la mesa de comedor, las sillas Fan, de Tom Dixon

VILLA-DECA STUDIO-GT-(1). La luz natural penetra por lucernarios, atraviesa celosías y se derrama por los interiores diáfanos

La luz natural penetra por lucernarios, atraviesa celosías y se derrama por los interiores diáfanos

VILLA-DECA STUDIO-GT-(53). La encimera del lavamanos se apoya en uno de sus extremos sobre la bañera exenta, acabada en color piedra caliza

La encimera del lavamanos se apoya en uno de sus extremos sobre la bañera exenta, acabada en color piedra caliza

VILLA-DECA STUDIO-GT-(3). La casa carece de ventanas convencionales, lo que le da un aspecto de refugio íntimo sin parecer hermética.

La casa carece de ventanas convencionales, lo que le da un aspecto de refugio íntimo sin parecer hermética.

El efecto es sorprendente: unas formas contemporáneas con un cierto misterio intemporal, que remiten a aquel clasicismo “onírico” de los escenarios imaginados por el pintor Giorgio de Chirico. El autor de esos volúmenes con juegos de sombras hipnotizantes es el arquitecto brasileño Guilherme Torres, que define así su proyecto, edificado en São Paulo: “Quería un espacio de volumetrías insólitas. El hecho de inspirarme en el pasado no conduce en modo alguno a una arquitectura datada. Por el contrario, he buscado una casa que atienda al presente, y creo que he cumplido ese anhelo”.

En la llamada Villa Deca –cuya interferencia visual en el paisaje se ha reducido al mínimo– se han explotado en cambio, al máximo, las posibilidades funcionales y estéticas de los materiales crudos, del diálogo entre el hormigón fabricado por la mano humana y los elementos naturales. La casa no tiene vidrios ni cerramientos, y se presenta como un inmenso porche abierto en toda su extensión.

La influencia de las antiguas villas romanas se manifiesta en el modo estratégico y nítido en que se encauza el agua y se habilitan espacios para el múltiple deleite sensorial y corporal que puede provocar, a través del rumor de una cascada o el vapor en una sala de sauna para baños turcos. Los pocos materiales que participan en la construcción y revestimientos de esta casa han sido tratados de manera especial, huyendo de recursos tecnológicos solo aparentes y evitando, en todo lo posible, el derroche. Espacios amplios, monocromáticos (gris, arena), suelos como espejos de agua, paredes forradas (en el atractivo lavabo) con estampados tan suaves como la piel de yaguareté.

Para demostrar que la arquitectura brasileña contemporánea debe mirar al futuro, pero sin menospreciar los legados históricos y estéticos, Torres se considera influido por el arquitecto mexicano Luis Barragán, un maestro de los años cuarenta que remitía tanto a una dinámica fructífera entre el modernismo europeo y el regionalismo americano; además, aficionado al paisajismo, hizo del agua el elemento natural interiorizado en su obra. El agua, la piedra y el hormigón se alían para definir el diseño en este proyecto brasileño. La arquitectura –la volumetría y los espacios vacíos, la estructura y las superficies, la luz y las sombras netas– es la prima donna de Villa Deca.

La composición de las piezas del mobiliario contribuye a ese protagonismo, con largas mesas que (además de su función específica) se presentan como volúmenes. Guilherme Torres firma asimismo el diseño de la cocina, abundante en acero inoxidable, libre de puertas y de armarios, con estilo industrial y electromésticos empotrados.

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