Una caja blanca y pura
Vivienda unifamiliar en Sintra (Portugal), de Frederico Valsassina
Es una casa singular en varios sentidos. Antes que nada, por el poblado pinar que la envuelve y enmarca y que determina el rasgo predominante: un volumen rectangular y compacto, con aberturas que miran al sur y pequeños huecos al norte, confrontando una caja de cristal y una caja de hormigón pintado de blanco. Hay factores programáticos que explican ese rasgo –necesidades y deseos específicos de los propietarios– pero para el visitante que se acerca a través del bosque de pinos, esos factores no son los que afectan su manera de mirar y apreciar la casa en el paisaje.
Y como es una impresión muy potente, nos detendremos un poco en ese momento en que la casa va apareciendo, entre el suelo pardo acolchado de agujas secas caídas y los troncos que puntúan el espacio y las ramas que se balancean en el aire. Los troncos –rectos, inclinados, curvados– dibujan un ballet de cuerpo de baile que acoge y sostiene la figura blanca, larga y recostada que poco a poco, entre el verde, asoma y se asienta en el paisaje.
La vivienda diseñada por Frederico Valsassina Arquitectos está situada en una localidad portuguesa de encanto singular: Sintra. Los propietarios plantearon una serie de condiciones precisas: una sala de estar grande, una zona de oficinas, un área privada compuesta por dos dormitorios pequeños y una suite con sauna, un garaje con taller incorporado, una zona de servicio, una piscina. Y todo ello, desplegado en espacios con abundancia de luz natural y amplias y suculentas vistas enfocadas al paisaje. En ese volumen blanco y alargado, destaca el salón que se abre a una terraza que, escalonada, se conecta con la piscina. La separación entre la sala de estar y los dormitorios se consuma en un espacio exterior cubierto, en una de esas transiciones entre lo abierto y lo semicerrado que caracteriza la composición del volumen.
El recorrido a través de los interiores demuestra hasta qué punto esta casa, contemporánea desde el punto de vista formal, responde también a la idea de un espacio estrictamente doméstico. "Hemos buscado –resume la memoria del proyecto– conjugar programa de uso, tiempo y lugar. El espacio resultante se adapta a sus usuarios y no al revés". ¿Cómo interviene el rasgo temporal en la concepción del proyecto? Cuando la organización del espacio es fluida, los usos y funciones de una casa pueden ir adecuándose a las experiencias de vida de sus habitantes. Por ejemplo, las puertas y los pasillos (normalmente utilizados en la arquitectura doméstica para circunscribir los movimientos) han sido reeemplazados por un espacio en "T" invertido, que se extiende formando un patio. La doble condición axial y convexa de este espacio amplía los campos visuales, pero sin comprometer la intimidad de las zonas privadas.