Aunque parece un retiro en el campo, este apartamento está en el centro de Tokio
Cuando el estilo escandinavo de Norm Architects se fusiona con la sutileza nipona de Keiji Ashizawa surgen proyectos donde la naturaleza lo abraza todo.
La admiración entre el estudio japonés Keiji Ashizawa y el danés Norm Architects ha llevado a ambos a embarcarse en el reacondicionamiento de dos apartamentos inmersos en el complejo Kinuta Terrace de Tokio. Con una arquitectura originaria de los años 80 y con un total de 36 viviendas, el complejo integra un patio ajardinado que ofrece a los residentes un pulmón donde respirar serenidad y puereza en medio del ajetreo urbano. Para vestir los apartamentos, ambos estudios de diseño se han asociado con la firma de mobiliario japonesa Karimoku Case Study que ha diseñado para la ocasión 12 piezas de mobiliario hecho a medida, inspiradas en la naturaleza. Madera, piedra y hormigón se suceden a lo largo de los espacios dando forma a diseños de líneas puras y austeras con detalles inspirados en las estructuras de los templos y jardines japoneses.
A partir de un juego mesurado de luces y sombras, los autores del proyecto se han esforzado por utilizar la arquitectura existente para enmarcar tanto los espacios interiores como los exteriores. De este modo, la conexión de un ambiente a otro fluye libremente, relacionándolos todos aún preservando la autonomía de cada uno de ellos. Y todo basado en una original fusión de cultura japonesa y escandinava donde impera la calidad de los materiales y la belleza atemporal de las composiciones.