Tiene vocación de ágora, pero estética de templo, porque 10AM Lofts es muchas cosas, pero siempre enfocadas a socializar. Hace cinco años, Eva Papadaki encontró este edificio de los años setenta abandonado en el barrio de Gazi, en Atenas, y se le ocurrió la idea de convertirlo en un hogar para mentes creativas. Primero transformó cuatro de sus plantas en lofts; ahora funcionan como estudios de fotografía, de rodaje, espacios para eventos y oficinas creativas. Para hacer algo con las otras dos, las más bajas, unos 500 metros cuadrados, llamó a Studio Andrew Trotter y a Eleni Ioannidou, de Gavalas Ioannidou Architecture. "Eva seguía a nuestro estudio en Instagram y un año antes de empezar el proyecto nos había contactado con la idea de convertir el lugar en un spa. Más adelante nos planteó una nueva idea: crear un espacio de eventos. En nuestra primera visita a Atenas nos presentó a Eleni, quien se convertiría en colaboradora del proyecto. Hubo una conexión inmediata", explica Trotter.
El inglés, con estudio en Barcelona, y la griega han sacado de allí, además del mencionado espacio para eventos, que ocupa parte de la planta baja y el sótano, un penthouse dúplex que también se alquila. "Destruimos las dos plantas inferiores y abrimos el patio central para conectar el sótano con la planta baja mediante una escalera escultural de acero corten. Fue bastante difícil de construir y necesitó más soporte del que creíamos, pero al final lo conseguimos y terminó siendo una de las partes más bonitas de la obra. Todo el hormigón original se dejó en bruto, y todos los elementos nuevos mantienen el aire industrial, suavizado por cortinas, sofás y muebles antiguos", comentan los arquitectos.
Mientras que abajo todo da la sensación de ser blanco y estar inundado de luz, en contraste, el sótano es oscuro, con unos pocos rayos que se filtran a través de unas claraboyas es- tratégicas y el patio central. "Lo que nos encontramos lo definió todo. El edificio en sí, especialmente el sótano, tan crudo e industrial, pedía que se mantuviera dicha estética. La luz que entra a través del techo era mágica. Ya habíamos visitado Kanaal cerca de Amberes, donde Axel Vervoordt convirtió espacios industriales en galería de arte y showroom. Ese era el enfoque que buscábamos", añade Andrew. También tuvo que ver con el amueblamiento. "Lo seleccionamos junto con la propietaria. Eva tiene un gran ojo; encontró cosas increíbles en mercados locales o anticuarios online. Las sillas de enea fueron realizadas por un artesano de Girona, y parte de la iluminación pertenece a las colecciones de los diseñadores españoles Contain y Jordi Veciana. Respecto a la cocina no queríamos que se sintiera como tal, por lo que buscamos inspiración en mobiliario japonés para realizarla". En resumen, cuanto más puro, mejor.