En este ático renovado, se vive como en un refugio de montaña. No importa que reine el bullicio en la calle, una de las más concurridas de la ciudad. Es entrar por la puerta de este piso y olvidarse del ruido y del tráfico.
Los techos altos y abuhardillados le dan un carácter muy romántico a la casa, aislándola de los problemas de la gran ciudad y generando un clima plácido, agradable. Una puerta corrededera comunica el salón con el dormitorio, dando profundidad o bien privacidad, según se prefiera.