Los áticos forman una peculiar geografía urbana. Su condición de remate de lo edificado suele dar lugar a sorprendentes singularidades apenas imaginables cuando uno pasea a ras de suelo de la ciudad. Cúpulas, templetes, terrazas y torreones conviven con jardines, antenas, cerramientos ilegales y cubiertas de teja. El Penthouse H, de Langarita Navarro, se encuentra en la última planta de un edificio tradicional del barrio de Salamanca de Madrid. Era un antiguo taller de pintura, y, por eso, poseía características especiales, como un amplio ventanal que iluminaba todo el espacio de trabajo. La reforma quiso trabajar con los elementos primigenios, dándoles un nuevo enfoque. El resultado es una vivienda con dos terrazas a norte y a sur, una cocina diáfana y un dormitorio con vistas.