El jaleo perenne instalado en la céntrica calle Fuencarral de Madrid no ha sido óbice para que la interiorista María Villalón, al frente de Villalón Studio, haya podido dotar a este ático de 160 metros cuadrados ubicado allí de una profunda serenidad y del equilibrio que parece faltar de puertas hacia fuera. La vivienda se encontraba en desuso antes de que el cliente, de 33 años, decidiera ponerse manos a la obra para reformarlo. Así que su distribución, propia de la década de 1960, era muy tradicional y carecía de iluminación natural.
Lo primero, pues, fue abrir los espacios, como la cocina descubierta al salón, dejando pasar una línea de luz que atraviesa las estancias e ilumina un pasillo que lleva a la zona más privada. Sin embargo, no se ha optado por muebles claros, sino que estos, así como los elementos separadores, se han fabricado con madera de roble oscura. Combinando las piezas de diseño con algunas obras de arte y complementos de decoración y mezclando colores y texturas se ha llegado a una armonía total entre el continente y el contenido.