Hemos tenido la oportunidad de visitar in situ la villa Stgilat Aiguablava. Diseñada por Enric Ruiz-Geli, al frente del estudio Cloud 9, es un proyecto piloto que fusiona la arquitectura mediterránea, en versión smart, con la tecnología más avanzada, de fabricación digital, sostenible e integrada en el entorno del Empordà y la Costa Brava.
El principal objetivo ha sido construir una vivienda que se adapte al paisaje y no al revés. Según su autor, la arquitectura de la zona se basa, predominantemente, en la construcción de “neomasías” que rompen la naturalidad del terreno. Por eso, Enric Ruiz-Geli ha querido invertir los términos y que no sea la montaña quien se tenga que adaptar a la casa, sino la casa a la montaña.
De este modo, no solo ha logrado una arquitectura pasiva y distribuida, con el mínimo impacto medioambiental, sino un nuevo concepto de estilo de vida que responde a las nuevas necesidades del mundo slow. “El fututo es rural”, nos cuenta Ruiz-Geli, “cada vez más, se construyen viviendas habituales en paisajes agrestes y extraordinarios como estos, en la Costa Brava, donde trabajar con unas vistas y calidad de vida que repercuten en gran medida en la creatividad de quien las habita. La ciudad y su oferta cultural, será para el fin de semana”.
Así pues, el objetivo de este proyecto no es hacer una villa al uso sino crear un case study. Ruiz-Geli señala referencias como Richard Neutra o los Eames para definir este concepto. Richard Neutra estableció en los años cincuenta en Los Ángeles una nueva forma de construcción con prefabricados. Esto supuso una revolución, economizando los costes y dando acceso a estas viviendas a la clase media. Por su parte, Charles y Ray Eames introdujeron el aluminio en la producción de piezas prefabricadas.
El cliente de este proyecto es una familia centroeuropea, apasionada de la cultura y el estilo de vida mediterráneos, y que tenía como prioridad la calidad de la arquitectura y el I+D+i, anteponiéndolas al lujo, para lograr un espacio de bienestar. Bajo esta premisa, Enric Ruiz-Geli propone una arquitectura que genera experiencias sensoriales y corporales, a todos los niveles, con un enfoque holístico.
El rasgo más característico del proyecto es la reinvención de la volta o bóveda catalana, creada en este caso con ingeniería avanzada de estructura de fibra de vidrio. Este elemento configura en la vivienda principal un gran espacio que articula la vida interior de la vivienda, como en las típicas masías del Empordà. Enric Ruiz-Geli ha trabajado con el ceramista Toni Cumella para desarrollar las piezas.
La volta catalana tiene ventajas extraordinarias: es un material mediterráneo, solo trabaja a compresión y presenta un rendimiento energético muy satisfactorio ya que produce frescor en el interior en un escenario de calor exterior y asegura inercia térmica en un escenario de invierno. Además es un material poroso que genera buena respiración natural para la gente que lo habita. Se han diseñado arcos con mínimo material posible, que resultan ligeros y eficientes.
El proyecto cuenta, además de la vivienda principal y una casa accesoria para el hijo, con un pabellón efímero y experimental, dedicado a la innovación, diseñado en colaboración con el prestigioso Art Center College of Design de Pasadena, California, uno de los mejores centros artísticos, en donde se formaron entre otros el director de cine Zack Snyder o los diseñadores de las tiendas de Apple, BMW y Tesla.
“Cuando era un estudiante de arquitectura visité la casa pérgola de Pep Llinàs en Begur. Posteriormente tuve como profesor a Esteve Bonell y visité la casa que diseñó también en Begur. Me gustaría pensar que la casa que hemos diseñando en Aiguablava es un paso más en esa historia de la arquitectura de la excelencia que estos arquitectos nos transmitieron durante mis años en la universidad”, dice Enric Ruiz-Geli.