Tradición y miminalismo se apoderan de este antiguo granero
Altos techos, grandes vigas de madera y una cuidada decoración se dan cabida en esta contemporánea casa de campo situada en la idílica región sueca de Österlen.
Situado en Österlen, al sudeste de Suecia, este antiguo granero en ruinas de principios del siglo XX en forma de L se ha reconvertido hoy en una casa de campo de estilo conteporáneo. Si bien la estética exterior conserva parte de su esencia rústica tradicional, una vez dentro, el blanco como color dominante y la pureza espacial caracterizan un interiorismo de estilo minimalista. La casa, de 390 m2 de superficie y organizada en dos niveles, incluye siete habitaciones, cuatro de las cuales están designadas como dormitorios, y una gran sala diáfana con techos que alcanzan los 6,7 metros de altura. Es en este amplio espacio donde se dan cabida, por un lado, la sala de estar, y por el otro el comedor y la cocina. Esta última, equipada con una amplia isla de trabajo, se acompaña de luminarias colgantes desde gran altura, lo que acentúa, más si cabe, la teatralidad del espacio. El techo de paneles de madera, totalmente en blanco, acompañado con vigas naturales expuestas, proporciona el perfecto contrapunto al suelo de hormigón pulido.
La apariencia cavernosa original del granero llevó a abrir la fachada y los techos, incorporando ventanas, puertas acristaladas y claravoyas a lo largo de toda la casa. De este modo, el interior se llena de luz natural y mayor frescura, a la vez que se abre hacia los campos circundantes. La vivienda se asienta en un terreno cultivable de 6.000 m2, en cuyo exterior se ha habilitado una zona de terraza con comedor, piscina, chimenea en el suelo y vistas espectaculares de las colinas vírgenes que la rodean.