Nunca pensarías que esta moderna casa fue un día una fábrica de papel

Compleja, lúdica y fluida. Así es esta vivienda, proyectada por el estudio dublinés Kingston Lafferty Design, donde su pasado industrial se fusiona con un diseño contemporáneo para dar como resultado unos interiores sofistacados y claramente evocadores.

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Sofa de formas curvilíneas en rosa junto a escalera, luminaria suspendida en rojo, pared de ladrillo y piedra vista

El enfoque lúdico que dota el estudio Kingston Lafferty Design (KLD) al proyecto se traduce en una original elección de colores y materiales, que dotan al interior de una distintiva e irreverente elegancia. 

Pared y techo de ladrillo visto bajo arcada con sofá de piel rosa delimitando parte del. perímetro, luminaria suspendida en rojo

Las zonas comunes de la planta baja se despliegan como un espacio único de varios niveles que entrelaza el edificio histórico con la ampliación moderna.

Puerta acristalada con perfilería en negro hacia comedor con mesa blanca y sillas en rojo y salón, con sofá en rosa

El estudio responsable del proyecto ha forrado los arcos de piedra entre los diferentes espacios en yeso pulido, enmarcando las vistas y elevando el simple ritual de pasar de una habitación a otra en todo un evento. 

comedor con paredes de piedra y ladrillo visto, mesa de centro circular en blanco y sillas de madera tapizadas en rojo

Para enfatizar la altura de la planta, así como para dar un enfoque rompedor a esta zona, se han empleado unas luminarias colgantes circulares de gran tamaño de Edizioni Design que cuelgan sobre la mesa del comedor.

Salón con paredes y techos pintado en tonos azules, butacas en terciopelo azul, mesa de centro con sobre de cristal y chimenea

La estética general de la vivienda es difícil de precisar puesto que hay una cierta irreverencia evidente en cada habitación que las dota de un marcado carácter y singularidad.   

Suelo con motivos geométrios y puerta de acceos en negro en contraste con pared de piedra, suelo de hormigón contínuo hacia comedor

KLD ha participado desde el principio en el proyecto, trabajando junto con Ferreira Architects en decisiones fundamentales, desde los materiales hasta la distribución.

Comedor con mesa circular y sillas en madera y rojo, puerta de cristal ondulado hacia cocina

Para suavizar los elementos de acero, mármol y yeso pulido, se ha optado por el empleo de un mobiliario líneas curvas y sensuales como la mesa de Tulip de mediados del siglo XX, diseñada por Eero Saarinen.

Puerta de crislta con perfilería en negro en forma abovedada, zona de comedor junto a isla y office de cocina

En lugar de paredes, se han empleado otros elementos que actúan como separadores, como es un banco de isla en mármol Nero Marquina, y puertas personalizadas en vidrio acanalado y marcos de acero.    

Techo abovedado con piedra vista, cocina en tonos negros con frente de trabajo e isla revesticad de mármol negro, y taburetes de madera

En la cocina, las bóvedas de cañón conservadas de la construcción original, un antiguo molino, se unen a los impresionantes techos de tres metros de altura. 

Acceso a salón con sofá en verde pistacho, butaca de madera, mesas en negro y alfombra en lila.

Unas estudiadas intervenciones ayudan a dividir la gran área abierta en zonas específicas, evitando la necesidad de tabiques.

Zona de paso con varios espejos dispuestos frente a pared de piedra, anclados en techo y suelo

Desde los sofás y las camas hasta los largos espejos elípticos recubiertos de latón que bordean el pasillo de entrada, casi cada detalle aquí es único.

Pared y mesa revestidas de ladrillo azul brillante, bancada de obra, taburetes grises y apliques redondos

Un mostrador de comida totalmente embaldosado que se extiende a ambos lados de la frontera entre el interior y el exterior, hecho que enfatiza la sensación de continuidad espacial. 

Patio exterior con ventana y mesa en comunicación con el interior, mesa de obra azil, taburetes en gris y bancada recubierta de baldosas

La participación de KLD  se ha extendido más allá de la arquitectura interior del edificio existente, incorporando una nueva extensión contemporánea y terrazas exteriores y el jardín. 

Jardín exterior con jardinera tras bancada de obra, revestida con el mismo gres del suelo, mesa revestida de gres azul y taburete gris

Las baldosas azul marino nacaradas que cubren el mostrador del bar interior-exterior se acompañan de una bancada hecha de obra revestida con motivos florales que se extiende hasta el pavimento.

Dormitorio con cojines en gris, cabecero con baldosas antiguas recuperadas, pared de piedra y luminaria suspendida de inspiración oriental

La variedad de épocas, estilos y acabados que se combinan descaradamente en los diferentes ambientes de la vivienda atestigua la audacia creativa de KLP, alimentada a partir de un amplio espectro de inspiraciones

Dormitorio con cabecero de baldosas, pared de piedra vista y frente de armarios en tonos verdes

La elegancia oriental se apodera de uno de los dormitorios, equipado con luminarias suspendidas de papel y baldosas de porcelana que revisten un tabique a modo de cabecero.

Detalle de espejos, luminiarias y mesa de escritorio en el dormitorio

Detalles como piezas de mobiliario e iluminación se han reducido al mínimo, y muchas de ellas han sido diseñadas por el estudio encargado del interiorismo del proyecto, asegurando así las proporciones correctas.

Cuarto de baño con mueble bajo en negro, con inodoro integrado, baldosas vintage con frente de pared de piedra vista y luminarias con pantallas esféricas

Elegantes luminarias en acabado dorado contrasta con paredes de piedra sin tratar y revestimientos a base de baldosas de estilo retro. Todo ello equipado con mobiliario hecho a medida que optimiza el espacio disponible para el almacenaje sin recargar la estancia. 

Dormitorio con pared y techo en tonos azul verdoso, luminaria suspendida a modo de piedrecitas, cuadros de motivos geométricos blancos y negros, apliques en negro

Cada uno de los dormitorios de la vivienda presentan un estilo único y singular, todo ello bajo una paleta cromática heterogénea y un mobiliario a medida y excéntrico que impregna de magnetismo al conjunto. 

Dormitorio con cama sobre armario con escalera de madera. luminaria suspendida rosa

Al poner el elemento humano en el centro de su diseño salpicado de toques inesperados, el estudio capitaneado por Róisín Lafferty ha creado un hogar donde la vida cotidiana se siente como una experiencia.

Cuarto de baño con inodoro y lavamanos suspendido, baldosas con motivos geométricos en blanco y negro

Más allá de los juegos geométricos, cromáticos y de materiales, que impregnan de singularidad a los diferentes espacios, el proyecto aboga por la funcionalidad y la comodidad.

Una antigua fábrica de papel del siglo XVIII ha sido el punto de partida para el estudio de diseño de interiores Kingston Lafferty Design (KLD) a la hora de afrontar el reto de renovar la superficie existente y ampliarla para lograr una vivienda a medio camino entre su pasado histórico y su presente más vanguardista. Con un enfoque creativo y totalmente personalizado, el estudio responsable del proyecto, con sede en Dublín, ha optado por yuxtaponer la herencia industrial de la casa con el minimalismo del nuevo edificio, todo ello bajo una ecléctica variedad de estilos presentes en las diferentes área de la casa. Lejos de crear un mosaico de interiores temáticos, la vivienda de cuatro dormitorios se despliega sin esfuerzo en un equilibrio encantador que conecta en lugar de separar las habitaciones, y donde prima la simplicidad y el uso de detalles distintivos.

Para establecer la conexión entre los antiguos y los nuevos espacios de la casa, se ha aprovechado al máximo los magníficos arcos originales pero también la nueva y limpia extensión con mucho cristal y fomentando, en la medida de lo posible, la ausencia de tabiques. En su lugar, se han empleado elementos separadores como la isla de cocina de mármol o puertas de vidrio acanalado que han ayudado a dividir la amplia y diáfana área social en zonas específicas.

La fluidez espacial es una constante en todo el proyecto, desde los espacios abovedados del comedor y la cocina a los más minimalistas como el salón o los dormitorios. Esta facilidad por transitar por el espacio también se extiente más allá del interior de la casa, como se evidencia en una de las terrazas exteriores que conecta con el comedor mediante una mesa en voladizo totalmente revestida de baldosas azul brillante.

La variada paleta de materiales se extiende también a la selección de mobiliario que combina piezas clásicas de mediados de siglo, como la mesa Tulip de Eero Saarines, con piezas contemporáneas como las luminarias suspendidas de color rojo brillante de Maison Dada o las circulares de latón de Edizioni Design, así como piezas a medida diseñadas específicamente para el proyecto por KLD que van desde los espejos elípticos recubiertos de latón que bordean el vestíbulo de entrada, hasta la cama del dormitorio principal.

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