Quienes disfrutamos de la serie Breaking Bad jamás olvidaremos la soberbia interpretación de Bryan Cranston de Walter White, un anodino profesor de química de instituto que, desesperado por asegurar el porvenir de su familia ante su próxima muerte por un cáncer, se lanza a producir y distribuir metanfetamina de la mejor calidad junto con un joven descarriado –encarnado por el actor Aaron Paul– y se convierte en el despiadado y amoral traficante de drogas Heisenberg.
Más allá de sus excelentes dotes interpretativas, Cranston ha mostrado una especial sensibilidad por la arquitectura sostenible. Su residencia en Ventura, en la costa Californiana, terminada en 2013, fue un proyecto largamente madurado durante cinco años para conseguir la certificación LEED Platinum y un balance energético neutro, lo que significa que la casa produce tanta energía como consume. Dotada con paneles solares y un sistema de reciclaje de agua, es una de las viviendas más ecológicas de la zona.
Cuando la puso a la venta por 5 millones de dólares (4,2 millones de euros), Bryan Cranston declaró: "puse mi corazón, mi alma, sudor y a menudo lágrimas en ella. Es hermoso crear algo con orgullo y esfuerzo tremendos, y desprenderse de ello dejando que otra gente lo lleve a un nuevo nivel de apreciación". Saber que bajo su techo vivió el enigmático Heisenberg es, además, un plus.
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