El abrazo de cristal de MVRDV
Casa Kwantes en torno a un patio con olivo en Róterdam (Holanda), de MVRDV
Una casa en forma de Y, un mercado como una caverna... El estudio MVRDV, liderado por Winy Maas, practica una arquitectura más cercana a los cómics que a las ciudades, y apuesta sin tapujos por los edificios icónicos. "Tratamos de atender a la realidad para aportar algo distinto en el futuro. No nos interesa un mañana idéntico a hoy", afirma Maas. Como muestra de que la pequeña escala no es para ellos un obstáculo para sacudir las convenciones, el proyecto de esta casa adopta una innovadora visión contemporánea del estilo modernista de los años treinta para responder tanto a los requerimientos del cliente como a las exigencias urbanísticas de la zona.
La solución propuesta juega al contraste entre los muros de ladrillo color crema –guiño a un entorno de construcciones mayoritariamente de la primera mitad del siglo XX– y las grandes aberturas acristaladas que fluyen de modo sinuoso para atrapar la luz natural y, sobre todo, "abrazar" el recio olivo que constituye el elemento focal del jardín interior. Del lado de la calle, la casa se muestra ensimismada con sus muros ciegos, rasgados solo por la entrada que conduce a un vestíbulo inicialmente cerrado y oscuro. Al atravesar este prólogo íntimo, la construcción se abre esplendorosamente y revela espacios diáfanos y fluidos.
La columna vertebral del espacio de día es una larga estructura de madera que oculta todas las funciones domésticas incluyendo el sótano, la entrada, un aseo de cortesía, la cocina y la despensa. El pavimento interior se prolonga fuera de la casa, convirtiendo el patio en una extensión de esta al aire libre.
Para reducir su impacto ambiental la casa se alimenta con una bomba de calor por geotermia y paneles fotovoltaicos en el tejado que producen suficiente electricidad para compensar las pérdidas de calor a través de las amplias superficies acristaladas y atender al resto de funciones energéticas. Esta instalación será testada en el curso del primer año de vida de la vivienda para comprobar su potencial de funcionamiento autosuficiente.