Los comedores han evolucionado mucho en los últimos años. De ser una estancia cerrada, sin luz natural y con el espacio justo para poner una mesa y cuatro sillas, ha pasado a ser un lugar diáfano que, a menudo, conecta con el salón y con la cocina, generando una zona social para todos los miembros de la familia.
Las mesas se visten de materiales naturales y están decoradas con piezas de artesanía que las hacen todavía más especiales. El componente natural también juega un papel fundamental, diluyendo las fronteras entre interior y exterior.