Una biblioteca contemporánea para guardar tesoros del desierto

La Biblioteca Nacional de Qatar, diseñada por el estudio holandés OMA, ha abierto sus puertas como salvaguarda de algunas de las colecciones de libros más importantes sobre la civilización árabe-islámica. El edificio abarca 42.000 metros cuadrados de espacio para estos volúmenes y los curiosos lectores. Es parte de la Ciudad de la Educación, un nuevo complejo académico compuesto por campus satélites de algunas de las principales universidades e instituciones de todo el mundo.

Aunque se pudieron ver imágenes del exterior hace un año, el interior del proyecto se ha mantenido en secreto hasta ahora. Los bordes del edificio se levantan del suelo creando tres pasillos que confinen la colección de libros y encierran un espacio triangular central. Esta configuración permite al visitante acceder al edificio desde el centro. Los textos están colocados en enormes estanterías apoyadas sobre terrazas escalonadas a lo largo de 138 metros; el lector puede ver así la gran diversidad de volúmenes desde el momento en el que accede al espacio.

En el corazón del proyecto se hunde a 6 metros de profundidad una gran área revestida en travertino beige, que contiene el archivo de patrimonio. Este espacio es directamente accesible desde el exterior y puede funcionar de forma independiente de la biblioteca principal. Los pasillos se intercalan con zonas para leer y socializar.

La estanterías son fundamentales para el diseño y la función de la biblioteca: incorporan iluminación, ventilación e incluso el sistema de devolución de libros.

En el exterior, la fachada de vidrio corrugado y la cubierta de aluminio reflectante están diseñados para tamizar y difundir la luz solar, con el objetivo de crear el nivel de iluminación óptimo para la lectura. Un patio hundido permite que la luz se filtre también a los niveles del sótano.