A medida que aumenta la inteligencia de las máquinas, surgen cada vez más dudas de hasta qué punto pueden inmiscuirse en tareas que hasta ahora parecían exclusivamente reservadas al genio creativo del hombre. La arquitectura, una disciplina que siempre ha tenido nombre y apellidos, tampoco escapa a esta tendencia. La exposición auto-màtic que acoge el Centre d'Art Santa Mònica de Barcelona del 29 de junio al 2 de septiembre de 2018 aborda los límites y el potencial del dibujo generativo, explorando cómo la revolución de la automatización está cambiando el trabajo de arquitectos, diseñadores y creativos.
La exposición explora cómo la revolución de la automatización está cambiando el trabajo de los arquitectos.
Planteando preguntas sobre la automatización, la reproducibilidad y el papel de los "accidentes" arbitrarios como fuentes de experimentación creativa, la exposición reúne más de 120 dibujos desarrollados en los últimos tres años por más de 80 colaboradores que provienen de campos como la computación, el arte y el diseño.
La muestra reúne más de 120 dibujos de colaboradores que vienen del campo del diseño, la computación y el arte.
Dejando de lado la "mano del artista", cada dibujo es el resultado de condiciones impuestas en lugar de ideas preconcebidas. Se basa en el principio de no diseñar la forma final de un producto, sino en enunciar las instrucciones que rigen su producción. Una vez que el proceso ha comenzado, se ejecuta por sí mismo y el "autor" se convierte en un espectador.
Dichos dibujos de la exposición no muestran el resultado final, sino que se consideran una especia de croquis.
Dos instalaciones completan la exposición, centrándose en el dibujo performativo. En la primera, una serie de ocho ventiladores controlados electrónicamente soplan hacia el centro de un lienzo, donde un bolígrafo unido a una vela se mueve con el viento. En un contexto de reciprocidad, donde el bolígrafo y los ventiladores dialogan, la máquina nunca deja de dibujar como si de una especie de danza perpetua se tratara.
El dibujo performativo también está presente en la exposición.
La segunda instalación es un experimento en el que 10.000 gotas de tinta caen sobre un lienzo en movimiento desde una altura de 15 metros. El lienzo móvil se mueve al ritmo de la caída de las gotas, para así formar una cuadrícula ortogonal.
El futuro del diseño arquitectónica centra la muestra del Centre d'Art Santa Mònica.
La automatización puede incorporar desviaciones de las expectativas originales, que pueden interpretarse como imprecisiones, arbitrariedades o incluso accidentes pero, al mismo tiempo, pueden permitir que surjan nuevos resultados. Como si fuera una metáfora de la nueva era de incertidumbre donde todo es posible, la verdadera intención de la exposición es desarrollar una actitud hacia la creación, donde el diseño se trate más de un proceso que de un resultado.