Hablamos con Òscar Dalmau sobre sus fetiches arquitectónicos

¿Qué inspira el nacimiento de tu cuenta?

La necesidad de catalogar mis fetiches arquitectónicos y de todas las formas de diseño (industrial, gráfico, de interiores, de mobiliario...). Colgar en Instagram fotos de edificios, objetos y espacios me obliga a investigar de qué época son, quiénes son los autores y un montón de información que anoto ayudándome de las etiquetas.

¿Haces las fotos cuando ves algo en concreto o buscas cada día una imagen nueva?

No tengo una rutina preestablecida. Soy demasiado perezoso. Fotografío lo que me voy encontrando y me gusta. No hay mucha premeditación. Muy pocas veces he organizado una salida para fotografiar algo.

¿Cuál es tu truco favorito en Instagram?

Poder colgar fotos hechas a salto de mata con el teléfono móvil. Retocar muy poco las fotos y aplicar filtros que no sean muy agresivos con la imagen.

¿Qué edificio te ha hecho mayor ilusión fotografiar?

Ha habido varios: la casa La Ricarda de Antoni Bonet Castellana, la iglesia de los Padres Dominicos de Miguel Fisac, un apartamento en la penúltima planta de las Torres Blancas de Sáenz de Oíza, la Corona de Espinas de Higueras, la House of Tomorrow de William Krisel en Palm Springs, la iglesia brutalista de Fritz Wotruba en las afueras de Viena... No podría escoger sólo uno.

¿Qué pieza de diseño es un 'must' en tu vida?

El radiofonógrafo RR226 de Brionvega, diseñado por los hermanos Castiglioni. Pero tampoco podría renunciar a la lámpara DISA de Coderch, la TMC de Miguel Milá, la butaca Papa Bear de Hans Wegner, el escritorio Swag Leg Desk de George Nelson, la silla Cesca con brazos de Marcel Breuer o al juego de café RZ2 de Sargadelos.

Recomienda tres cuentas de Instagram que cualquier adicto a la arquitectura y al diseño no debería perderse.

@stoptheroc, @eclectique_vintage_shop, @chiselandmouse