Los edificios patrimoniales habitualmente suelen ser un reto especial para los arquitectos a la hora de rehabilitarlos. Por un lado, deben elegir entre preservar el tejido histórico y facilitar el uso contemporáneo. Y, por el otro, representan una oportunidad única para entrelazar el pasado y el presente de forma evocadora. Sin duda, este es el desafío al que se ha enfrentado el estudio de arquitectura checo Atelier-r cuando hace unos años recibió el encargo de rehabilitar el castillo de Helfštýn, en Moravia; hasta entonces, las mayores ruinas de un castillo medieval de la República Checa. Como puedes comprobar por ti mismo, en lugar de competir con el edificio histórico, el estudio ha sabido aunar lo antiguo y lo nuevo de una forma sorprendentemente armoniosa.