París apuesta todo al verde

David Chipperfield y Sou Fujimoto son algunos de los arquitectos que harán de la capital francesa una ciudad sostenible

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Réalimenter Masséna

Réalimenter Masséna

Sobre una estación de tren abandonada, vecina de un bloque de apartamentos diseñado por Le Corbusier, se levantará una torre que se abastecerá con lo que se coseche en el huerto de la azotea.

Sous-station Voltaire

Sous-station Voltaire

Esta estación eléctrica de hierro que hoy ocupa un colectivo de artistas se convertirá en cine.

Pershing

Pershing

En un espacio que sirve en la actualidad de aparcamiento, Sou Fujimoto ha imaginado una gran estructura de cristal coronada por un bosque, entre cuyos árboles se esconderán viviendas unifamiliares.

Bains-Douches Castagnary

Bains-Douches Castagnary

A unos baños públicos de ladrillos rojos le crecerá a sus espaldas el edificio de madera más alto de Francia, que incorporará viviendas y oficinas.

Node

Node

Una parcela abandonada después de que se construyera una autovía a su lado se convertirá en tanatorio y cementerio.

Morland

Morland

A un viejo edificio de oficinas público David Chipperfield le dará usos muy distintos. Tendrá una gran mercado, una piscina, un hotel, apartamentos y exhibirá una instalación de Olafur Eliasson en una estructura añadida.

Pichet NLA

Pichet NLA

Un conjunto de bloques residenciales de los años 70 dará paso a tres edificios de viviendas de 66 pisos recubiertos de jardines.

Ternes Villiers

Ternes Villiers

En una finca sin uso de la periferia se construirá otro edificio de madera con viviendas, oficinas y tiendas. Tendrá un jardín en la azotea.

En vez de jugársela a una sola carta con un gran proyecto icónico, fórmula habitual en el pasado reciente para espolear la renovación de las ciudades, la capital francesa ha preferido actuar en diversos frentes para "Reinventar París". Así se llama su flamante plan urbanístico, consistente en 23 intervenciones repartidas por todos sus barrios, las cuales contemplan un nuevo destino para edificaciones ahora obsoletas. El otro nexo en común de esta operación de cirugía arquitectónica es que todas las propuestas deben regirse bajo criterios de sostenibilidad.

Según la alcaldesa y promotora de esta iniciativa, Anne Hidalgo, "una ciudad como París debe tener la capacidad para reinventarse a sí misma al ritmo que marca la evolución de la sociedad". Y esta apunta a un futuro verde del que la mandataria de origen español no puede ser más entusiasta, además de tener una visión situada en la izquierda del pensamiento político. "En materia de vivienda en especial, y en todas las cuestiones de densidad, diversidad, energía o resiliencia, conviene hoy encontrar nuevas maneras colectivas de trabajar que permitan configurar la metrópoli del futuro", continúa Hidalgo, cuyo equipo considera un ejercicio de "innovación" dar un nuevo uso a los múltiples espacios abandonados que se encuentran en la ciudad, desde parcelas enteras hasta sótanos.

El pasado septiembre Hidalgo decretó el primer día sin coches y ha prometido que en 2030 todo el transporte público de la capital francesa será eléctrico y que en 2050 todos los edificios públicos serán eficientes energéticamente. Podrían ser palabras que se lleva el viento, pero también aseguró que los barrios ricos debían ofrecer cobijo a los más necesitados y ya se ha puesto manos a la obra, abriendo un centro para refugiados y sin techo en el elegante distrito 16. "Estafadora" es lo más suave que le han dicho.

El plan urbanístico Réinventer Paris ha suscitado menos controversia porque es todo optimismo. Entre los equipos de arquitectos sobresalen los nombres de Sou Fujimoto, David Chipperfield y el estudio OMA, y entre las 23 propuestas se encuentra de todo: un bloque de apartamentos se cubrirá de plantas y árboles, una estación eléctrica cambiará su uso al de sala de cine y un almacén se transformará en un hub social. No podían faltar varios hubs, el concepto de moda en urbanismo, eficaz cuando se llena de contenido y no se queda en mera fachada.

"Innovad primero en los usos del lugar, concibiendo edificios plurales, mutables e inteligentes", arengaba Jean-Louis Missika, responsable de urbanismo de la alcaldía, durante la presentación del concurso para llevarse los trabajos. "Las mutaciones rápidas de los modos de vida urbanita requieren innovar en las maneras de habitar, para crear espacios de convivencia mutualizados; en las maneras de trabajar, gracias al coworking, el teletrabajo o los nuevos tipos de viveros y en las maneras de comerciar, a través de los showrooms compartidos, fab labs y tiendas efímeras. Inventad nuevos servicios que respondan a las exigencias de los parisinos en materia de salud y envejecimiento".

A un edificio público de oficinas, construido en 1964 frente a la isla de Saint-Louis, David Chipperfield le añade una nueva estructura translucida en cuya dos últimas plantas se podrá disfrutar de una instalación artística de Olafur Eliasson. Al reabrir sus puertas el inmueble alojará viviendas, un hostal para jóvenes, oficinas, outlets y un mercado de alimentación.

Una torre del estudio DGT promueve el ciclo sostenible de la agricultura, sirviendo de plataforma para la investigación en este ámbito desde una perspectiva cultural y artística. La azotea estará coronada por un huerto "orgánico", se impartirán talleres sobre agricultura ecológica y un restaurante servirá los productos cosechados y producidos ahí mismo.

Al otro extremo de la ciudad, en el distrito 17, Sou Fujimoto trabaja junto al estudio OXO y Philippe Starck para meterse en otro jardín, de nuevo en la azotea. Sobre un edificio curvo de amplia planta que bordea un autopista se levantarán viviendas sociales y unifamiliares rodeadas de plantas y árboles. La ciudad como el nuevo campo. ¿Una osadía? De momento toca hacer viables todos estos proyectos a través de su correspondiente plan económico.

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